La “Kastitución” también se fue al tacho
El pasado domingo, el segundo intento de aprobar una nueva Constitución en Chile se dio de bruces con la voluntad popular. El nuevo texto, recesivo en derechos y conquistas sociales, era más conservador que la propia Carta Magna de Pinochet, sostiene la socióloga Natalie Rojas de Nodo XXI.
Redacción Canal Abierto | Este domingo el referendo de salida para el segundo intento de reforma constitucional para Chile obtuvo un rotundo voto “En contra”, que reunió el 55,6% de los votos.
De esta forma, el texto redactado en su mayor parte por la derecha liderada por el ex candidato presidencial José Antonio Kast del Partido Republicano, corrió la misma suerte que la propuesta escrita por la anterior convención nacida al calor de la insurrección popular de 2019 y 2020 con un carácter democrático, paritario, plurinacional y una fuerte impronta social, de género y ambiental… Quizás demasiado ambiciosa para un pueblo modelado por 30 años de neoliberalismo que el 4 de septiembre de 2022, con una campaña feroz de la derecha y los poderes fácticos, le votó mayoritariamente en contra.
Tras dos intentos frustrados de reforma, la que continúa rigiendo en el país trasandino es la Carta Magna de 1980 que dejó sembrada, cual huevo de la serpiente, el dictador Augusto Pinochet. El texto original, aprobado en agosto de 1980 y ratificado por un plebiscito espurio en plena dictadura el 11 de septiembre de ese mismo año, ha sido objeto de 63 enmiendas y reformas menores. Esta vez, tras 33 años de democracia y un proceso de revuelta popular la iniciativa constituyente iba a por una nueva Constitución.
La propuesta de carta magna plebiscitada en septiembre de 2022 fue tibiamente apoyada por el presidente Gabriel Boric, quien desde el comienzo de la Convención Constituyente no quiso atar su suerte a la del texto que finalmente fue rechazado, siendo de esta forma también un factor de la derrota.
Tras este referendo, el que sale perjudicado es Kast, el líder ultraderechista, que de conseguir el “Apruebo” para la reforma se hubiera ubicado en una inmejorable posición para la próxima elección presidencial de noviembre del 2025.
Retroceso frenado
El borrador constitucional rechazado este domingo era caracterizado desde los sectores progresistas como un claro “retroceso” en materia de derechos. La ley de aborto en tres causales (para salvar la vida de la madre, inviabilidad fetal o por violación) promulgada en 2017 durante el gobierno de Michelle Bachelet, corría riesgo. La ex presidenta, en contra del texto plebiscitado, declaró este domingo que prefería “algo malo que algo pésimo”.
“La evaluación que hicimos desde nuestra organización es que era un texto absolutamente recesivo en materia de derechos sociales. Era un texto que en caso de haber sido aprobado, iba a atentar contra una serie de políticas públicas y leyes que se han logrado con mucho esfuerzo y movilización social. Por ejemplo, el aborto por tres causales. Había una norma específicamente peligrosa que establecía la objeción de conciencia institucional donde se podía discriminar a mujeres madres solteras, por ejemplo, no sólo en los colegios a los que tú llevas a tu hijo, sino también en un consultorio médico e incluso en la venta de la píldora del día después que también se logró a costa de movilización y podría ser negada por los dueños de las farmacias”, explica en diálogo con Canal Abierto la socióloga Natalie Rojas de la Fundación Nodo XXI, centro de pensamiento de la izquierda chilena cercano a Convergencia Social el partido que junto al Frente Amplio conformó la coalición Apruebo Dignidad que llevó a la presidencia a Gabriel Boric.
“Hay que recordar que este proceso parte con cerca de 2 millones de personas, la suma de los votos nulos y blancos de la elección del 7 de mayo en que se eligió a quienes iban a redactar esta propuesta, que quedaron fuera del proceso. Así, la mayoría del Consejo Constitucional –nombre del cuerpo redactor de la segunda propuesta de reforma– era del espectro de ultraderecha, del Partido Republicano. Lo que se esperaba, lo que el sistema político y ciertos analistas y expertos pensaban era que no se iba a cometer el mismo error que se cometió en la Convención Constitucional, redactora del proceso anterior, que fue hacer una constitución que sólo representase a la mayoría circunstancial del órgano redactor. Entonces, la del 2022 fue una constitución que representaba a las personas que componían ese órgano: gente que venía de los movimientos sociales, de organizaciones territoriales, la mayoría sin militancia partidaria. El texto rechazado ahora estaba cargado en lo liberal, en lo económico, y en lo conservador en relación a los valores”, argumenta Rojas.
“En materia de derechos del medio ambiente tenemos una constitución que no es muy avanzada pero sin embargo la propuesta que se rechaza este domingo era incluso más recesiva porque buscaba instalar el desarrollo sustentable por encima del desarrollo sostenible es decir, volver al paradigma de la discusión ambiental de los años 80. Además, perpetuaba la venta y la posesión de derechos de agua, que es uno de los conflictos que se han instalado a partir del ciclo movilización del 2021 y que en la actualidad son un tema álgido por la escasez hídrica en la mayoría del territorio chileno”.
¿De alguna forma, el texto de la Constitución de Pinochet era más progresista, si se puede decir, que el texto rechazado?
-El texto original de los Chicago Boys de Jaime Guzmán, que son los ideólogos que introdujeron el liberalismo a través de esa Carta Magna, ha tenido algunas modificaciones menores que son ciertos maquillajes. Sin embargo, la última modificación que se le hizo, y que a mi juicio es la más importante, es el cambio de los quorums. La Constitución chilena para hacerle reformas tenía un quórum de dos tercios de las cámaras. Ese fue un candado durante más de 30 años, desde el retorno de la democracia. Sin embargo, la misma derecha que tiene la mayoría del Parlamento fomentó este cambio de quórum para que se pasara a cuatro séptimos, un cupo más bajo para la reforma porque en el caso eventual de haberse aprobado la propuesta constitucional del año 2022 ellos querían poder reformarla.
Este cambio, con un quórum más bajo, nos podría permitir que en un futuro se podrían generar reformas a la Constitución a través del Parlamento. De esta forma podemos conseguir lo que la mayoría de los chilenos están demandado en las calles: mejorar el sistema de pensiones, mejorar el sistema de salud, la educación y la seguridad y que son las mismas que han estado en la palestra de las movilizaciones sociales del último ciclo.
¿Cuál es el impacto político del plebiscito?
-Los personeros de la derecha cuando salen a reconocer la derrota dicen que la votación legitimó la constitución del ochenta. En ningún caso lo que se plesbicitó el domingo fue una propuesta conservadora, el proyecto político del Partido Republicano, y eso fue lo que la ciudadanía en masa votó rechazar.
Entonces, vemos a un Kast absolutamente debilitado, vemos a figuras que eran potenciales candidatas a la reelección de municipios importantes que pueden perder sus municipios. Es un mal augurio para las elecciones municipales que vienen ahora el próximo año.
El mismo Kast dijo que este era un plebiscito en contra del gobierno y bueno, vemos que el gobierno ganó este plebiscito.
Boric en el medio
“Nuestro gobierno seguirá trabajando con las prioridades de la gente, independientemente de lo que suceda hoy”, dijo el presidente Gabriel Boric luego de emitir su voto este domingo. Tras el resultado de los comicios reafirmó que su gobierno no impulsará un tercer intento de reforma.