La Marcha de la Dignidad: Universidades, Trabajadores y Jubilados en Defensa de los Derechos Sociales

Por Juan Severo

La marcha convocada por las universidades, respaldada por trabajadores de diversos sectores, organizaciones sociales y organismos de derechos humanos, se convirtió en un verdadero símbolo de unidad en la lucha por los derechos sociales en Argentina. Sin embargo, lo más notable de esta movilización fue la participación destacada de los jubilados y jubiladas, quienes, bajo la bandera de la Multisectorial en Defensa de la Seguridad Social, recibieron un caluroso aplauso y reconocimiento de todas las columnas que avanzaban hacia la Plaza de los Dos Congresos.

Muchos de estos jubilados forman parte de las tres centrales obreras y de diferentes centros de jubilados, como el Centro de Jubilados y Pensionados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de la Provincia de Buenos Aires. Su participación fue mucho más que un simple reclamo: fue un recordatorio de la lucha histórica que han llevado adelante en defensa de los derechos sociales y laborales. Mientras las columnas de trabajadores y estudiantes ondeaban sus banderas en defensa de la educación pública, los jubilados, orgullosos, frente de esta movilización, simbolizando la conexión entre generaciones en una lucha común.

En un país donde los derechos de los jubilados han sido históricamente vulnerados, su protagonismo en esta marcha es sumamente significativo. No eran solo personas mayores exigiendo mejores condiciones de vida, sino quienes representan décadas de conquistas sociales que, hoy más que nunca, necesitan ser defendidas. Su presencia en esta marcha que pedía por la universidad pública y gratuita, de calidad, refuerza el mensaje de que esta lucha no es exclusiva de un sector, sino una responsabilidad colectiva.

En medio de la crisis económica y social que atraviesa el país, la reivindicación de los derechos de los jubilados se posiciona como una prioridad. Son ellos y ellas, quienes dedicaron su vida al trabajo y a la construcción de un país mejor, los que ahora deben salir nuevamente a las calles para exigir lo que les corresponde. Pero no están solos: junto a ellos, marchan las universidades, los trabajadores, los organismos de derechos humanos y las organizaciones sociales, reconociendo que la batalla por una seguridad social justa y digna es una lucha de todos.

Esta marcha en la Plaza de los Dos Congresos no fue solo una manifestación de protesta, sino una muestra de fuerza, solidaridad y unidad entre diferentes sectores que comparten el mismo anhelo de un país más justo y equitativo para todos. Los jubilados y jubiladas, al frente de esta movilización, envían un mensaje claro: no se rendirán hasta que se reconozcan plenamente sus derechos.

Este es solo el comienzo de un largo camino que debemos recorrer juntos, entendiendo que cada paso que damos hoy está respaldado por las luchas que ellos y ellas comenzaron hace décadas. Los aplausos que recibieron no son solo un reconocimiento del pasado, sino un compromiso de todos con el futuro.