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La UCR tero: grita en un lado, vota en el otro

Las incendiarias declaraciones de Milei que señalan a Alfonsín como golpista provocaron el tibio repudio de un bloque radical que hace apenas una semana visitaba la Rosada. Mientras, el radicalismo se sigue disgregando y ya hasta Cobos amenaza con irse.

Redacción Canal Abierto | “Repudio la afirmación que acaba de realizar el presidente Javier Milei sobre Raúl Alfonsín recién en Fundación Mediterránea. Más aún en una fecha tan cara a todos los argentinos. Absolutamente disparatado”.

El tuit que antecede lleva la firma de Rodrigo de Loredo, presidente del bloque de Diputados de la Unión Cívica Radical, y fue publicado ayer, al rato de que el primer mandatario acusara al prócer radical de golpista.

Literalmente, el Presidente aseguró en el evento que el histórico think tank liberal realizó en Córdoba que en diciembre de 2001 lo que ocurrió fue un “golpe de Estado impulsado por (Eduardo) Duhalde y (Raúl) Alfonsín)” y que “paradójicamente a Alfonsín lo muestran como el padre de la democracia siendo que fue partidario de un golpe de Estado pero que, evidentemente, pesificarle la deuda a Clarín hizo mostrarlo como un héroe”.

La fecha que eligió para plantearlo —como plus de provocación— fue el aniversario 41 del triunfo electoral del radical, allá por 1983, tras siete años de la sangrienta dictadura cívico-militar-eclesiástica que tomó el poder en marzo de 1976, gracias a lo cual se celebra cada 30 de octubre el Día de la Recuperación de la Democracia.

Lo insólito de la declaración es que es la primera vez que la salida prematura del gobierno de Fernando de la Rúa el 20 de diciembre de 2001, producto de su renuncia tras declarar Estado de sitio y desatar una represión que provocó un tendal de 39 muertes en todo el territorio nacional a manos de las fuerzas de seguridad, es caracterizada como un “golpe de Estado”.

Un vapuleo histórico

Las declaraciones no pueden ser tomadas como otra cosa que una mojada de oreja al partido centenario que viene siendo vapuleado por Milei desde su campaña electoral, cuando nombraba a los radicales como “viejos meados” y usaba de punching ball una bolsa con la cara de Alfonsín.

Al repudio de De Loredo se le sumó el del bloque que representa, que casi tibiamente publicó un “profundo rechazo” a las declaraciones del Presidente cuyas palabras califican de “especialmente desafortunadas”.

Si bien la exposición de Milei sirvió para disparar dardos venenosos hacia distintos actores —entre los que no sólo estuvo Clarín sino su vice, Victoria Villarruel, quien reconoció el 17 de octubre a María Estela Martínez de Perón a la que el Presidente aprovechó para pegarle—, es llamativo el ensañamiento con un partido que, recurrentemente, funciona como aliado en el Parlamento.

Tanto, que los votos, ausencias y abstenciones de la UCR le resultaron claves a La Libertad Avanza para sostener los vetos a la reforma de movilidad jubilatoria y al presupuesto universitario, y para mantener vigente el DNU 70/2023, que le da soporte jurídico a la desregulación y el ajuste que marcan su Gobierno. Y el mismo De Loredo que ayer repudiaba los dichos contra Alfonsín se reunía con Milei en Casa Rosada el 23 de octubre, exactamente una semana antes.

En este marco, es justo preguntarse qué gana el radicalismo con esta seudoalianza, que no les ha salido gratis. A la ruptura que ya había sufrido cuando 12 de sus 33 miembros decidieron armar un bloque aparte —liderado por Facundo Manes y Martín Lousteau—, se le sumó la salida del santafecino Mario Barletta, quien fundó el monobloque “Unidos” en resistencia a elegir un bando dentro de las divisiones en el espacio.

Con salir también coquetea el exvicepresidente y actual diputado Julio Cobos, que en los próximos días amenaza con definir su pase al bloque de Manes, lejos de su coprovinciano Alfredo Cornejo, que encabeza la línea aliada al Gobierno.

La menos pensada

Lejos de calmar las aguas y como corolario a las incendiarias palabras de Milei sobre Alfonsín, apareció su ladera, Patricia Bullrich, quien durante la Presidencia de Fernando de la Rúa ocupó el cargo de ministra de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos.

Yo lo viví y lo declaré en la Justicia. Ahí planteé que hubo una conspiración en la que participaron los gremios, la UIA (Unión Industrial Argentina), que había tenido colaboración de Alfonsín; lo pueden corroborar muchos radicales que lo veían a Alfonsín queriendo empujar al gobierno de De la Rúa, y Duhalde, que también trabajó para eso”, aseguró la ministra de Seguridad en declaraciones a Cadena 3 Rosario.

Esta historia continuará.

Imagen: Rosario 3

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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