Las dos argentinas: El modelo de Milei y la desaparición silenciosa de la clase media
Mientras la Iglesia critica el aumento de la pobreza, la UIA celebra las indemnizaciones low cost. Mientras la CGT firma el “Consejo de Mayo”, otros sindicatos se unen en las calles. Mientras sigue el ajuste, trabajadores y sectores populares ven el futuro alejarse.

Por Federico Chechele | En el marco del Día Mundial contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) emitió esta semana un documento contundente titulado “Si el Estado se corre, entra el narcotráfico”. Allí, la Iglesia advirtió sobre el crecimiento de la problemática en los barrios más vulnerables, alertando que la retirada del Estado deja un vacío que rápidamente ocupan redes criminales, actuando como un “Estado paralelo”. El desfinanciamiento del Gobierno a programas de prevención y asistencia es señalado como una forma encubierta de exclusión y de muerte. Por último, la Iglesia llamó a no naturalizar esta situación.
Sin embargo, el problema va mucho más allá del avance del delito: cada vez más argentinos están desempleados y millones padecen hambre. Durante décadas, la clase media fue orgullo y una identidad nacional, símbolo de una sociedad con movilidad social basada en el trabajo, la educación y el esfuerzo. Ese modelo comenzó a deteriorarse hace años, pero el gobierno de Javier Milei está profundizando su colapso a una velocidad inusitada.
Un reciente informe de la consultora Moiguer revela una transformación cultural alarmante: un amplio sector de la clase media ya no se identifica como tal. Cuatro de cada diez argentinos creen que jamás podrán acceder a una vivienda propia, dado que la cantidad de salarios necesarios para comprar una casa se triplicó. Además, el valor tradicional de la educación como herramienta de ascenso social está en crisis. El 40% de los argentinos de clase media alcanzaron un nivel educativo superior al de sus padres, pero no sienten que eso les haya permitido progresar. La frase “mi hijo el doctor” ya no representa un futuro de mejora alcanzable. El empleo en relación de dependencia también ha perdido su valor simbólico como motor de desarrollo. Seis de cada diez argentinos consideran que su trabajo apenas les permite sobrevivir, pero no crecer. En este contexto, muchos apuestan al emprendimiento como única vía posible de progreso: la mitad de la clase media cree que “hacer la propia” es su única alternativa.
En paralelo, la Unión Industrial Argentina (UIA) reclamó esta semana al Gobierno que “nivele la cancha”, que traducido significa que reduzca la carga impositiva, avance con la reforma laboral y cree condiciones que permitan a las pymes exportar más. Apenas un día antes, el Ejecutivo había oficializado un nuevo esquema de indemnizaciones laborales, permitiendo que empresas y empleados constituyan fondos para cubrir despidos. Los trabajadores a la deriva.
Parte de este debate se planteó, sin demasiada repercusión, durante el relanzamiento del “Consejo de Mayo” que el Gobierno impulsó con una mesa ratona que incluyó algunos aliados políticos, la UIA y Gerardo Martínez (UOCRA), quien en nombre de la CGT volvió a dar un margen de respaldo a la gobernabilidad. Mientras que, Martín Rappallini, titular de la cámara de empresarios industriales, ni mencionó que desde el inicio del gobierno de Milei ya cerraron 16 mil pymes. Lo cierto es que un año después, el Consejo de Mayo se puso en funciones esperando que el oficialismo obtenga buenos resultados en las elecciones de octubre para engrosar el Congreso con legisladores propios con el objetivo de avanzar con leyes vinculadas a reformas laborales e impositivas.
El deterioro social también se reflejó esta semana con la caída del poder adquisitivo de los trabajadores registrados. En abril, los salarios cayeron 0,4% en términos reales, tras un aumento nominal del 2,4% frente a una inflación del 2,8%. Mientras que la desigualdad también se acentúa: los sectores más ricos ganan 15 veces más que los más pobres, cuando en el último trimestre de 2024 la brecha era de 13 veces. Toda de Milei.
A pesar del quebranto económico, se registró un dato llamativo: un récord en los viajes al exterior. Mientras más de la mitad de la población no llega a fin de mes, los sectores medios y altos aumentan su consumo en dólares. El reciente Mundial de Clubes fue un cachetazo simbólico a quienes apenas pueden sostener el mate cocido.
El jueves Milei se puso al frente de la campaña electoral bonaerense con fuertes críticas a las políticas que lleva adelante el gobernador Axel Kicillof. Lo llamó “pichón de Stalin” y “el último zar de la miseria”. Más allá de las descalificaciones, ese mismo día, un relevamiento de la Comisión de Coparticipación Federal de Impuestos del Senado de la Nación amparó al mandatario bonaerense evidenciando una profunda inequidad al analizar cuánto recibe cada jurisdicción en relación con su población. La provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, es la más perjudicada en cuanto a las transferencias per cápita, los porcentajes asignados y la brecha entre lo que representa demográficamente y lo que recibe.
Por ello, en la reunión del lunes pasado, los gobernadores -incluso los aliados que le aportan diputados y senadores cuando el Gobierno los necesita- propusieron que la Casa Rosada coparticipe a las provincias la mitad del fondo remanente de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN). No saben ni cómo pagar los aguinaldos. Como respuesta, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, anticipó que buscan consensos para avanzar con cambios “que mejoren la competitividad de todos los sectores” y remarcó que será necesario un segundo mandato de La Libertad Avanza para poder continuar con el “proceso de transformación” del país.
Mientras tanto, las calles se siguen llenando de protestas. Gremios del transporte, estatales e industriales de las tres centrales sindicales se movilizaron hacia el Ministerio de Desregulación del Estado -a cargo de Federico Sturzenegger- en rechazo al ajuste. También se reactivaron las protestas universitarias bajo la consigna “Prendete a defender la Universidad Pública”, impulsadas por estudiantes, docentes, no docentes y rectores frente a los recortes iniciados en 2024. Dos sectores que pugnan, a pesar de los cambios económicos y sociales, por mantener su identidad de clase y sentido de pertenencia.
Un estudio de la consultora Youniversal revela que la autopercepción de clase media en Argentina cayó drásticamente: solo el 28% de la población se identifica como tal, frente al 80/ 85% histórico. En cambio, el 39% se considera clase media baja y el 27% clase baja. El modelo económico de Milei, basado en salarios estancados, tarifas elevadas y destrucción del empleo formal, está derribando la columna vertebral del país: la clase media que alguna vez se pensó para siempre. Hoy, en lugar de proyectos, hay estrategias de supervivencia. La ilusión de progreso se esfuma y la estructura social se descompone a una velocidad sin precedentes. La fractura entre las dos argentinas es cada vez más profunda y avanza sin freno.
Federico Chechele en X: @fedechechele
Fuente: https://canalabierto.com.ar