Sociedad

Las voces del agua en la ruta del litio, a pesar del saqueo

La fotógrafa Susi Maresca y la cronista Camila Parodi acaban de publicar un libro que refleja las luchas de las comunidades contra el avance del extractivismo en el NOA. “Un recorrido con las voces de los territorios”, explican. Se presenta este sábado.

Redacción Canal Abierto | A la sombra de los emprendimientos mineros en el noroeste de Argentina están las comunidades. Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán y el agua que une las historias detrás de una ruta del intenso saqueo. Un nuevo viejo Potosí escala en el daño que produce en nombre del progreso. Y se puede ver, y se puede contar, un paisaje fracturado por los emprendimientos a cielo abierto. Minería de litio, minería de agua, procesos extractivos que secan las vidas de los comuneros, de la naturaleza que se va convirtiendo en muerta. El libro “La ruta del litio: voces del agua”, de la fotógrafa Susi Maresca y la cronista Camila Parodi, invita a viajar con la multiplicidad de voces que habitan las regiones alejadas de los conglomerados urbanos.

¿Cómo contar el saqueo? Es la pregunta que enhebra las postas de este trabajo que llevó cuatro años de un viaje interminable. “En este recorrido elegimos narrar lo colectivo desde una primera persona que es el plural. También decidimos que las voces de los territorios son lo más importante, lo más esclarecedor de este caminar. Por eso de a ratos nos nombramos parte y en otros, tomamos la distancia necesaria para verlo con claridad” nos dicen en la introducción a este recorrido.

En esta entrevista en Canal Abierto, acompaña a Susi Maresca el fotoperiodista Pablo Bove, ambos miembros de la Red de Acción Fotográfica que impulsan un encuentro, exposición y proyección de audiovisuales. La convocatoria es este sábado 18 de abril en el centro Cultural «El Limonero», en Jerónimo Salguero 668, Almagro, CABA.

Historias cosidas a la tierra, a las montañas, a los ríos, a los salares, pura naturaleza que las viaja. Y el recorrido no es lineal, ni principio ni final, la diversidad de la resistencia se puede leer como quieras. “Por eso esta ruta no va a empezar por el principio, pero sí por el origen: porque aunque no sepamos el momento exacto en que el que empieza a construirse la memoria. Encontramos algunos indicios, algunas pistas y queremos compartirlas”, enumeran como algunas de las certezas de este viaje.

También aparecen Marcos Pastrana, el sabio de la comunidad indígena de Tafí del Valle en Tucumán o lugares como el espejo interminable del Salar del Hombre muerto en Catamarca con las voces de la comunidad de Atacama en el Altiplano. “No solo secaron la vega y nos quedamos sin agua, también pusieron una saranda (alambrado)”, se puede escuchar en el lacónico lamento de sus habitantes.

Fiambalá es otro de los puntos del recorrido por Catamarca, donde el registro se posa en las plantas procesadoras junto a hospitales, poblaciones, pueblos. La constante hibridación de los empleados de los emprendimientos chinos que se asientan en la región con los pobladores nativos o la contaminación de todo tipo se muestran al costado del proyecto Tres Quebradas. “El momento de la bondad minera es este, cuando terminen la obra, toda la gente que ahora está empleada quedará desempleada”, advierten los integrantes de la Asamblea Fiambalá Despierta.

Aún en Catamarca las documentalistas se quedan en Andalgalá, la perla del oeste, al pie del cordón montañoso Aconquija. Allí el proyecto extractivo de oro y cobre M.A.R.A amenaza a toda la ciudad y a sus hermosas zonas de producción local de alimentos. “Sin agua no hay membrillo”  o “MARA no tiene licencia social”, son los gritos que se repiten en cada “Caminata por la Vida”. Y ya van más de 700.

Ahora en Jujuy, en medio de los pueblos de la sal: “Estamos parados ante escombros milenarios, las salinas se conformaron hace al menos 6.000 años y sus ojos naturales, donde se conserva el agua de manera subterránea”, se escucha en La Comunidad de Tres Pozos. “El agua es para nosotros como el aire, sin ella no se puede respirar”, rezan las 33 comunidades de ese altiplano. El Salar de Olaroz, la región más codiciada por los emprendimientos de extracción, es ahora una colección de piletones. Lo que fue ancestral e intocado, esos paisajes ahora están fisurados y en esa herida viven las comunidades que tratan de resistir y reexistir. La reciente reforma constitucional de la provincia provocó una reacción de las comunidades que terminó con la reedición del Malón de la Paz. En Buenos Aires se sintieron sus reclamos, nunca fueron atendidos.

Salta, Torzalito en General Güemes, podría ser el final de este recorrido por un mapa sin territorio o, como dicen las autoras, puede ser también el principio de entender qué pasa tan lejos y tan cerca, cómo el extractivismo arroja a las comunidades a la pobreza extrema. Casi nunca se han beneficiado de las mieles de la minería, nunca las promesas de desarrollo se concretaron.

En la actividad de este sábado en El Limonero también se presentarán “2001. Fotografías” de Paloma García, y “Las que vencen”, de José Nicolini.

“La ruta del litio: voces del agua”, está editado por la editorial Chirimbote y se puede comprar escribiendo al email: chasquifotoperiodismo@gmail.com

Entrevista: Juan Alaimes

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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