Este Sistema de Alerta Temprana (SAT) recurre a cuatro colores (verde, amarillo, naranja y rojo) para indicar los niveles de fenómenos meteorológicos, desde más leves a más extremos. “El verde no implica niveles de riesgo, es decir, puede haber algún fenómeno pero sin riesgo alguno. Mientras tanto, el amarillo es un nivel de alerta bajo a moderado, el naranja va de moderado a alto y el rojo es alerta extrema. Estos colores se utilizan para todo tipo de fenómenos meteorológicos”, explicó el meteorólogo Alpio Costa en comunicación con El1.

Asimismo, señaló que el SMN emite las alertas “dos veces por día” y, en el caso de las tormentas del último domingo, se había informado 48 horas antes. “La precisión del fenómeno y cómo va a impactar, el ‘detalle fino’, se va actualizando horas antes, a medida que se acerca el evento. Para eso, el SMN cuenta con el aviso a muy corto plazo (ACP), una herramienta un poco más detallada que la alerta, en que se delimita un área más reducida y se especifica lo que se puede esperar. Siempre sale horas antes”, explicó.

¿Cómo perfila el verano 2023-2024?

Al ser consultado sobre la climatología que va a predominar en la temporada de verano que ya inició en diciembre, Costa informó que el fenómeno conocido como El Niño será un factor clave durante los próximos tres meses: “El Niño ya está presente y esto quiere decir que el Océano Pacífico Ecuatorial presenta temperaturas más cálidas de lo normal”.

Según indicó el especialista, este fenómeno repercute en el clima a nivel mundial y en particular en el este de Argentina, con más lluvias o tormentas de lo normal. “Esto se está viendo: en los últimos meses, se registraron muchísimas lluvias en el Litoral y, en las últimas semanas, se está viendo que llueve bastante más en Buenos Aires. El efecto de El Niño en las precipitaciones ya se está notando y por lo tanto hay más nubosidad, lo que implica que la radiación solar llegue menos a la superficie y, en consecuencia, temperaturas más bajas”, sumó.

De esta manera, se espera un verano “más lluvioso de lo normal” en Buenos Aires, pero “no más caluroso de lo normal”. “Esto significa que lo más probable es que, cuando termine el verano y se calcule el promedio de temperatura, se encuentre dentro del rango normal. Sin embargo, esto no quita que dentro del verano pueda haber uno o varios días particularmente fríos o muy calurosos. Si bien se espera un verano normalmente caluroso, muy probablemente sea menos caluroso que el pasado, que fue casi extremo”, tranquilizó.