Los desafíos de la educación desde la mirada de la neurociencia y la biología
Por Radio Universidad, el profesor Hernán Aldana Marcos analizó la realidad que debe atender el docente en el aula. Los efectos de la pandemia en el aprendizaje, el uso de la tecnología y la necesidad de recuperar la escritura a mano y la lectura para comprender textos. "Lo viejo sirve", afirmó el profesional.

Entrevistado en el programa “Lo primero que escuchás” por Radio Universidad FM89.1, el neurocientífico, doctor en Biología y docente de la UNLaM, Hernán Aldana Marcos habló sobre los desafíos que debe afrontar un maestro frente al aula. Las consecuencias del encierro por la pandemia en la formación emocional de niños y adolescentes, las nuevas tecnologías, el desinterés por aprender, y que se espera de un profesional de la educación, fueron algunos de los temas abordados. A continuación, un tramo de la entrevista realizada por Hernán Garciarena.
Desde que tengo uso de razón se dice que, si se empezara hoy a educar mejor, en 20 años seríamos un país próspero. Ese hoy no llega nunca. ¿Cómo lo ves vos?
Hernán Aldana Marcos: Tuve que dictar las preguntas del examen a casi 600 alumnos. Pasó que no pueden copiar. Les cuesta escribir a mano un dictado, transforman las palabras, faltan signos de puntuación. Después, cuando les toca contestar, les cuesta porque han cambiado en sí la pregunta.
¿Qué otras cosas observaron en los alumnos?
Como nunca, este año vimos más fallas de lecto comprensión y el peligro de que queden afuera del sistema. Nosotros en primer año los protegemos, los cuidamos, pero si el chico se frustra, abandona. Tenemos que poner como un grito de emergencia.
¿Vos crees que la pandemia influyó en esto?
Sí, sí, influyó. Lo ves en quienes entran hoy a jardín de infantes. Son directamente los que se desarrollaron cerebralmente en la pandemia con exceso de tecnología. Son chicos que no saben socializar con otros chicos y tienen problemas de lenguaje. Imagínate cuando lleguen a la universidad. Ese chico que hoy entra al jardín de infantes era un bebé en la pandemia. Eso lo tenés en todas las noticias del mundo. Durante su desarrollo estuvieron encerrados, con sobreestimulación de tecnología. Después, en la adolescencia viene otro desarrollo. Salir, interactuar, animarse. El primer beso, animarse a la sexualidad y de vuelta encerrados mucho tiempo. Recibimos chicos sin vivencias. Por eso digo que se frustran. Entonces, tenés chicos en el aula más apáticos. Les cuesta mostrar emociones, y son vergonzosos, aunque no todos.
¿Justifica todo la pandemia o la situación venía de antes?
Venía de antes. En la serie “El Eternauta”, está la frase tan famosa, “lo viejo sirve” y en la educación vuelve la lectoescritura, el dictado, la memoria, que se había dejado por el facilismo. Agarrar bien la birome para muchos chicos es todo un tema, vuelve la lectura de un libro real. Imagínate un médico que tiene que aprender miles de términos, debe tener esos datos en la cabeza, no en Google.
¿Hay que educar también desde lo emocional?
Uno de cada cuatro adultos tiene un problema emocional, que no lo puede regular. No les damos a nuestros chicos herramientas de regulación emocional. Faltan materias que les den herramientas socioemocionales.
Da la sensación de que antes la formación fue mejor, aunque no nos dieran herramientas para manejar las emociones.
El juego es uno de los grandes simulacros socioemocionales. Vos cuando jugabas de chiquito aprendías límites, te golpeabas, manejabas el dolor. Bueno, todo eso no está. O sea, el juego fue para nosotros esa libertad de salir a la calle y animarte. Ese juego nos dio regulación emocional. Y en esta generación no está. Se han metido en los departamentos por los peligros del exterior y son chicos que no tienen mucha interacción social.
¿Los educadores tienen las herramientas para responder a las situaciones que se generan en el aula?
En Argentina casi nadie quiere ser docente, no solo porque gana mal, sino porque el aula no te devuelve la felicidad. Trabajamos mucho en el respeto a la figura del docente como era antes. En una gran ciudad no pasa nada, pero yo voy a pueblos donde el maestro sale a hacer compras y el padre lo encara en el supermercado y lo maltrata porque le puso una nota en rojo a un chico. Ahora todos quieren que sus hijos sean Einstein. Es un dramón, no te cuidan los padres, no te cuidan los directivos. Se demostró que lo que más mejora el aprendizaje de un alumno es el docente. La dinámica que más impacta en el aprendizaje es de a dos. Los docentes que dejan huella, que son pocos, tienen unicidad. Es el docente en la materia, es decir, entra al aula y dice que dejó de fumar o que perdió a su perro. La materia no es solo la materia, es el docente en la materia.