Luciano Scaglione: “Hago música para generar un poco de optimismo”
El bajista de Attaque 77 presenta esta noche “Hágalo usted mismo”, su primer disco solista en el que incluyó invitados de peso como Juanchi Baleiron, Baltazar Comotto, Sergio Rotman, Hugo Lobo y el “Perro” Serrano, entre muchos otros. Aquí, toda su historia con el rock.
Redacción Canal Abierto | Luciano Scaglione integra formalmente Attaque 77 desde 1992, pero su historia con la banda se remonta a los primeros días. Siendo uno de los músicos activos de la escena punkrocker nacional con más trayectoria, llegó a estos días con la misión de mantener vivas las canciones de la ya legendaria formación.
Sin embargo, no se conformó con eso y fue por más. El bajista y cantante parió este año Hágalo usted mismo, su primer disco solista, un material de composiciones propias con un proyecto al que dio en llamar Lucho al Attaque, y con una fenomenal lista de invitados que lo delatan como un hombre querido en el ambiente.
Y lo presenta hoy en The Roxy, Niceto Vega 5542, Palermo, CABA.
Pusieron su arte al servicio de la placa, entre otros, Juanchi Baleiron de Pericos, Pulpul de los españoles Ska-P, Corvata de Carajo y Arde La Sangre, Mikel de Kapanga, Baltazar Comotto de Los Fundamentalistas, Sergio Rotman de Cienfuegos y Los Cadillacs, Hugo Lobo de Dancing Mood, Mosca Lorenzo y Perro Viejo Serrano de los Auténticos Decadentes, Kolo Taccone de Smitten, Gori de Fantasmagoria -que después de grabar en varios temas se integró al staff permanente-, su esposa y cantante Tamy Barberio y Leo De Cecco, su compañero de Attaque y socio en Strummer, el bar-reducto roquero que ambos tiene en Palermo.
Si bien esta será la presentación oficial, desde hace varios meses viene tocando con asiduidad, inclusive con bandas gigantes como Massacre o Ska-P y giras por el exterior como una que lo llevó a Europa junto a Cadena Perpetua.
Luego de décadas protagonizando una de las historias más importantes del género de las distorsiones en nuestro país, y de caravanas y recitales por todo el mundo, ahora, advierte, se decidió a “no dejar morir ese espíritu del 77”.
En esta entrevista para el programa TDK de AM 530 y Canal Abierto, Lucho repasa el intenso y extenso recorrido de Attaque, su vida y sus inicios con las cuatro cuerdas, observa con lucidez la realidad Argentina y asegura que quiere tocar “hasta los 84, como Mick Jagger”. Y, por supuesto, habla de su LP y de la fiesta de esta noche.
Hiciste gala de la vieja máxima del “hágalo usted mismo”…
-Si, Attaque entró en un descanso indefinido y yo me empecé a poner nervioso, no sabía qué hacer con mi vida, toco desde muy chico, empecé con la música a los 9 años con una guitarrita criolla que había en mi casa, mi papá era guitarrista de jazz y trataba de enseñarme algunas cosas, pero en esa idea de ir por otro lado un día también encontré un bajo en casa y fue un amor a primera vista. Lo agarré, la cuarta cuerda, el Mi, genera una frecuencia muy grave de vibración, y quedé impactado con ese sonido.
A partir de ahí tenía muy claro que quería tocar el bajo en una banda de rock, estudié un poco con un profesor, después me anoté en la escuela de música del SADEM, el Sindicato Argentino De Músicos, y un día nos hicimos amigos de los pibes de Attaque en el barrio, en Caballito, porque nos juntábamos en el Parque Rivadavia, en la feria de vinilos y después íbamos al Parque Centenario, que había puestos de metal, era mediados de los 80 y éramos pibes que estábamos buscando información, de Sex Pistols, de The Clash, de Ramones, y ahí empezaron un montón de bandas, yo empecé con una que se llamaba Parásitos, tocábamos juntos con Attaque en Cemento, yo tenía 15 años, mi papá me llevó en el auto y me dejó en la puerta agarrándose la cabeza.
¿Y cómo se terminó dando tu incorporación a la banda?
-Eso fue en el año 87, Attaque se estaba formando y no tenían instrumentos, entonces cada vez que ensayaban o en los primeros shows venía el bajista, Ciro, y me pedía el bajo prestado, me tocaba el timbre, nos prestábamos todo, nos hicimos muy amigos y ya en el 92, en un cambio de integrantes, no hubo dudas de que me tocaba, que era mi turno.
Tu papá era jazzero y vos punkrocker, ¿fue rebeldía o simplemente te atrapó el género?
-La verdad es que yo vivía en una clase media bastante cómoda y no tenía grandes motivos de rebeldía a mis 15 años, creo que lo que me gustó fue el impulso, el golpe, el sonido, me gustaba el mensaje. Igual me gustaba que haya alguien que se rebelara contra algo, yo no había entendido un montón de cosas de la sociedad, pero después sí fui adoptando muchas cosas como el do it yourself, una frase fundacional de la new wave en los 70 en Europa. Me gustaba el hecho de hacer, de no esperar nada de nadie, ni de un gobierno ni de gente que estaba muy lejos de la idea del rock, de lo solidario y lo más marginal.
La lista de invitados del disco es de altísima calidad
-El otro día pensaba acerca de eso y me di cuenta que eran amigos míos que resulta que tienen bandas impresionantes. Juanchi es una persona muy importante en la historia de Attaque, Corbata es un amigo con el que aprendimos a tocar el bajo juntos cuando teníamos 14 años, mi primer bajo, ese que le prestaba a Ciro, lo tiene él, yo me fui a vivir a Estados Unidos en el 89 y se lo vendí para poder comprar otro allá, así que tenemos una cosa muy familiar… la verdad es que poder levantar el teléfono y que venga Maikel de Kapanga, Balta Comotto, Jorge Serrano, soy muy agradecido y afortunado…
¿Porque te fuiste a Estados Unidos?
-Mis viejos se volvieron locos en el 87, 88 con la hiperinflación de Alfonsín, y mi viejo tuvo un ofrecimiento de laburo y nos mudamos todos para allá. Yo me quedé dos años en Washington DC y después volví en el 92. Al mes justo los pibes me empezaron a llamar para ingresar al grupo.
¿Y cómo viviste ese exilio corto?
-Mirá, es duro, la verdad que no te terminás de ir nunca. Mi mamá y mis hermanas se quedaron viviendo como 10 años en Estados Unidos y ahora viven hace como 15 años en Barcelona.
Lo vivo mucho cuando voy a tocar, estuve mucho de gira por Europa estos últimos años y estuve en Estados Unidos este año también tocando en Miami y pasa lo mismo: hay pibes que se fueron hace 20 o 30 años, que vieron a Attaque hace 20 años y ahora me fueron a ver y son pibes de mi edad, de 40 o 50 y siguen con la misma sensación cuando escuchan una canción que les recuerda a su barrio o a su historia, a su juventud.
¿Te volverías a ir?
-Yo me iría por cuestiones de mucha bronca con los políticos, empresarios, sindicalistas, economistas. Lo que hacen con Argentina, que es un país sumamente rico en todo, en gente, en calidad humana, técnica y científica, rico en hidrocarburos, en el campo, la verdad es que vivimos toda la vida en una crisis y da mucha bronca. Pero bueno, es una decisión muy difícil de tomar y por eso nunca la tomo y sigo bancándola y viviendo en Argentina.
Creo que estamos todos muy lastimados como sociedad con la política. Hago música justamente para generarme un poco de optimismo, o sea, las letras son optimistas, de cómo seguir intentando no bajar los brazos, seguir para adelante.
¿Cómo definiste el nombre del proyecto?
-Pasa en bandas de muchos años cuando deciden o naturalmente se terminan, hay muchos músicos que lo sufren, mucho más todavía los bajistas o bateristas, como que los cantantes y los guitarristas se acomodan con más facilidad. Pero también lo vi a Micky de Los Piojos o a Fachi de Viejas Locas… Voy a ser un eterno Attaque, siempre me van a pedir una de Attaque, entonces dije, vamos directo, ahorremos todo un choque que es una situación incierta de banda nueva, y se me ocurrió “Lucho al Attaque”. Y veo que es bien recibido porque mucha gente se quedó sin su banda, la banda de sonido de su vida. Yo voy a tocar y la gente y se emociona y me agradece.
En Attaque cantabas algunos de los temas más duros, pero ¿cómo fue asumir el rol de cantante principal?
-Siempre estuve estudiando canto a lo largo de toda mi vida, ahora empecé a enfocarme mucho más en el canto y en la foniatría porque también tengo una tendencia a la disfonía, quizá por cantar a los gritos durante muchos años. Ahora estoy tratando de dosificar, cuidarme de no gritar mucho antes del show.
¿Por qué decidiste no meter temas de Attaque en el disco?
-Grabé alguno, “Cosas que suceden”, “Caballito de hierro”, pero cuando escuché el disco terminado me pareció que no sumaba, ya estaba bien. Las tengo grabadas y en algún momento las saco en un single o las subo Spotify.
Pero en vivo tocás muchos temas de Attaque igual…
-Sí, muchos que estoy en la composición, otros que son mis favoritos, otros que son clásicos y que sé que la gente los quiere escuchar. Sí, es como un banquete de hecho, voy a tocar y tengo todos los temas de Attaque para mí, ese que a alguno no le gustaba, que el otro no quería tocar, esos temas que nunca se tocaron por diferentes motivos. Es un momento muy divertido cuando me pongo a hacer listas porque no tengo que consensuar con nadie.
No es fácil sobrevivir a una historia tan exitosa como la de Attaque, con trabajo, con humildad y con mucha gente que me acompaña lo vamos sacando adelante y voy disfrutando este momento también.
¿Cómo fuiste armando la banda?
-Me fue difícil porque tengo un montón de amigos músicos, y empecé a tener un montón que se me ofrecían, y era feo decir “vos sí, vos no”, la verdad que me costó.
Pero sí, me junté con unos amigos hermosos, con Gori que es un héroe de la guitarra de la escena local, tocó en Minoría Activa, en Fun People, con Juanse, que le compuso algunos temas para un disco solista y es un talentoso, me ayudó a terminar algunos temas que los tenía medio trabados.
¿Cómo fue armar Strummer Bar?
-Con Leo viajábamos mucho por Europa y tocábamos en lugares como Strummer, lugares para 200 personas con rica cerveza, con rica comida y con un sonido increíble, y dijimos “nosotros tenemos que hacer esto en Argentina” algún día, manteniendo el espíritu de los 80 y de los 90, como Cemento o el Parakultural, esos lugares que son el semillero de nuestro rock. Memphis La Blusera, los Redonditos, los Ratones, Attaque, sin esos lugares la escena local no sería la misma. Creo que logramos mantener ese espíritu de semillero, tocan bandas de martes a domingo de todos los estilos, bandas que recién empiezan y los artistas de culto y consagrados.
Le hacemos la cosa fácil a las bandas para que puedan tocar y que se ganen un mango en vez de salir a vender entradas, esa cosa medio salvaje que era histórica.
Y sobrevivieron a la pandemia…
Si, yo hacía hamburguesas y Leo las repartía en el auto, porque también lo que sí hice fue una carrera de profesional gastronómico, me gustaba mucho la cocina y quería aprender.
En un tema hablás de la memoria y los desaparecidos…
-Ese momento del tema me vino cuando me acordé de Julio López, me dolió mucho que el tipo desaparezca en democracia y en pleno juicio, me causó mucho dolor.
En T.E.G. Baltasar Comotto te grabó un solo impresionante…
Sí, es un personaje increíble, después nos dimos cuenta que teníamos toda una historia familiar cercana porque sus padres se fueron exiliados a Madrid, como mi tío, que era director musical y en el 76 le prenden fuego el teatro y se tuvo que ir del país y no volvió nunca más. Resulta que Baltasar termina creciendo con mi primo en España. Cuando nos pusimos a charlar un día y le nombré a mi primo, que es guitarrista, me dice “lo conozco de toda la vida de España” y ahí empezamos a contarnos las historias y nos dimos cuenta que nos conocíamos, que él conocía a mi hermana, que algunas veces nos cruzamos en la casa de mi primo cuando éramos chiquitos, impresionante.
¿Vas a tocar todo el disco o todavía estás metiendo más temas de Attaque que otra cosa?
-El jueves voy a tocar todo el disco y en mi shows estoy metiendo 5 o 6, depende de la onda, de dónde esté tocando. De alguna manera no pienso despegar de las canciones de Attaque que me identifican y voy a seguir agregando temas nuevos todo el tiempo también, las dos cosas.
¿Te sale natural la composición?
-Me cuesta un montón, pero hago la gimnasia, me siento y voy anotando cosas, voy recuperando ideas que tenía de hace mucho tiempo. El disco tiene temas que han quedado afuera de discos de Attaque hace 15 años, que fueron mejorados también.
Pero me cuesta mucho y por eso soy muy cuidadoso y voy tratando de guardar todo para tener suficiente, y me agarra la cosa de que todo eso es horrible y que nada sirve y después alguien, por ejemplo Gori, me dice “no, pará, esto está bueno”.
Porque en Attaque tenías compañeros a los que consultar y ahora todo depende de vos…
-Aparte dos monstruos compositivos como Ciro y Mariano, mis compañeros, son tipos híper talentosos que no les costaba nada componer, ni letras a Ciro ni melodías a Mariano, entonces por ahí eso también me lo ponía más difícil.
¿Cómo recordás la ida de Ciro?
-Bueno, ya pasaron como 16 años, en el momento fue doloroso. Ahora hablamos muy seguido, nos encontramos, estamos en contacto, somos familia. Después de 35 años como que ya no son ni amigos ni compañeros de grupo, ya sos un familiar, podés estar años sin verte pero cuando te encontrás es como si te hubieras visto ayer.
¿Y Mariano?
-A Mariano le dieron ganas de cambiar un poco de aire, claramente.
¿Cómo se te ocurrió hacer “El Espejo” de Todos Tus Muertos?
-Mira, ese tema lo compuso Jorge Serrano en el año 1986 y fue el primer tema de punk en español que yo escuché cuando era chico y me quedó grabado, me impactó, me pareció algo fuerte, intenso, oscuro. Cuando estaba pensando que tenía ganas de meter un cover en el disco se me vino a la cabeza, mandé mensaje a los “Deca” y les conté, enseguida el Mosca, que es un gran amigo, y Jorge, participaron y me acompañaron. Grabar con él es algo hermoso.
Sergio Rotman canta un poco y toca el saxo también, quedó linda.
Están también los hermanos Cariola, ¿grabaste con ellos en el estudio?
-Sí, ellos son dos monstruos de la tecnología y de la grabación, son dos ingenieros y productores y tenían el grupo Santos Inocentes. Son pibes de primera, son amigos. Me ayudaron mucho en la grabación y en la producción del disco en su estudio Monasterio.
¿Cómo sigue el camino de Luciano Scaglione?
-Yo tengo la idea de ser como Mick Jagger, tocar hasta los 80, 84. Me gustaría tocar siempre, no te digo punk rock, pero ahora estoy estudiando el contrabajo, me gusta tocar blues, rockabilly, tengo una bandita con mi compañera que canta muy lindo y hacemos temas de Etta James, o de rock de los 50, me estoy divirtiendo. En lo inmediato, el mes que viene ya estoy grabando algunos temas nuevos y pienso salir de gira. El año que viene de nuevo Chile, España, tengo algo en Estados Unidos para mayo, tocar, llevar la historia de Attaque a todos lados y que siga viva esa impronta del 77.
Entrevista realizada por Silvio Soler, productor y conductor de TDK por AM 530 Somos Radio, y Leo Vázquez de Canal Abierto.
Te puede interesar: Polako Zelazek: Punk de Varsovia a Mercedes