De que se trata

Luján, más allá de la Virgen

A través de dos historias unidas por el río, la documentalista Diana Cardini muestra en "Ciclón Fantasma" vestigios de otra época que permanecen como contrapunto a la cara turística de la Basílica. Los juegos que sobrevivieron al Italpark conviven con dinosaurios a una hora de la gran ciudad.

Redacción Canal Abierto | Fabián vive de construir “túneles del terror” para Argenpark, parque de diversiones emplazado en Luján y en que, cual reserva natural, sobreviven los juegos que entretuvieron a generaciones de argentinos en el Italpark.

Argenpark es atravesado por el río homónimo al partido en el que se emplaza la basílica que alberga a la virgen más popular del país y que se puede cruzar a través de aerosillas. Es el  mismo río al que Rosa y Alejandro acuden para desarrollar su hobby como arqueólogos amateurs en busca de restos fósiles y reliquias de un Luján que ya no existe.

También es el río que la directora Diana Cardini eligió para usar como hilo conductor de estas dos historias que son las que conforman Ciclón Fantasma, documental que se estrena este jueves en el cine Gaumont.

En diálogo con Canal Abierto, la realizadora explicó que “la unidad de la película es el espacio. Yo empecé a trabajar en el parque de diversiones, que lo atraviesa el río Luján. Hay un puente y después hay otro sector del parque diversiones y la Basílica. Yo me quedé trabajando en este espacio y los personajes aparecieron por la unificación de ese lugar”.

Consultada sobre el origen de la idea que impulsó la realización de la película, Cardini contó que “lo primero que fui a conocer fue el parque de diversiones, que me encantó. Ese parque de diversiones me pareció una locura, porque además ahí están los juegos del Ital Park. Por ejemplo, está la misma nave donde yo me subí cuando tenía 12 años o 10 años y fue algo que me impactó mucho. Y después vi ese galpón enorme que decía Ciclón Fantasma y me pregunté quién estaría armando ese juego”.

A través de eso conocí de casualidad a Fabián. Y Rosa y Alejandra parecieron ahí en el río. En el segundo día que se filmación aparecieron con el imán pescando cosas en el río”, agregó.

Si se habla de un documental ambientado en Luján, cualquiera supondría que la presencia de la Basílica y de la Virgen tendrá un lugar preponderante. Esto no sucede en Ciclón Fantasma, donde ha sólo una escena que se centra más en quienes concurren a una ceremonia más que en la imponencia de la iglesias.

“La idea fue mostrar muy poco la basílica, que aparezca nada más que un minutito de la película como para que se vea que está. Pero la idea fue jugar sobre todo con las cosas llamemos no reales y ficcionales que pueden tener el terror o la religión, que más allá de que pueda tener algo real o se tengan pruebas de algunos hechos, hoy en día no se ve o nadie vio esos sucesos religiosos . Y, si bien los dinosaurios existieron, nadie vio nunca uno en vivo y en directo. Entonces me gustaba trabajar con esa unidad de cosas que están y no se ven del todo”, señaló Cardini.

Respecto de la búsqueda de estos personajes, la cineasta contó que “se acercaron solos. Eran muy fáciles,  muy carismáticos y muy frescos en cámara. Muchas veces me sorprendían porque ante  una idea me hacían una sugerencia y terminaba siendo mucho mejor la propuesta de ellos que la mía. Además, se relacionaban muy bien con la cámara. Éramos un equipo muy reducido, pero también se generaban situaciones que hicieron que sirva casi todo el material”.

Un aspecto estético de Ciclón Fantasma consiste en que los testimonios de los personajes no se hacen en el formato tradicional de las entrevistas, sino que siempre tienen un interlocutor en cámara que oficia de receptor de las historias que comparten. En el caso de Rosa y Alejando cada uno cumple este rol con el otro, mientras que a Fabián lo acompaña un ayudante que oficial de entrevistador involuntario.

“A mí no me gusta tanto la entrevista en el documental. Me interesa mostrar lo que saben los personajes o lo que narran y cuentan de sí mismos a través de otras personas. Y justo con estos personajes se dio que venían acompañados. Entonces ellos cuentan sus anécdotas, sus andanzas, sus saberes y eso se da en las dos líneas narrativas, tanto en la Alejandro con Rosa como Fabián con su aprendiz en el mundo en la casa del terror”, contó Cardini.

Las historias de Fabián y de Rosa y Alejandro aparecen despegadas de un contexto. Nunca se cruzan ente sí ni se plantea una interacción con el entorno en el que habitan. El instante de la misa en la basílica aparece dándole la espalda a estas realidades de las que la separan algunos metros. “A mí me gustaba trabajar con esta idea de lo que queda. Me parece que el tema de haber trabajado con el parque de diversiones, dar con los restos de Ital Park que están ahí, que incluso los parques de diversiones están en un momento bisagra y pareciera que están a punto de dejar de existir. Esa fue la idea de esto de lo que ya ha estado y lo que no va a quedar”, afirmó Cardini.

“Por otro lado, Rosa y Alejandro también me parecen un poco sobrevivientes de otra época. Son arqueólogos que buscan cosas y tratan de rescatar y buscar en las cepas del río esos clavos que la garra del río con un movimiento está cortando abajo del puente. Son clavos recontra antiguos del puente por donde pasó la carretilla que llevaba la Virgen de Luján a la basílica. Entonces todo tiene mucha historia en Luján”, añadió.

Y apuntó que el hilo que encontró entre estas historias y la ciudad es que “es sorprendente todo lo histórico que hay en Luján. De hecho, es una laguna donde aparecieron un montón de fósiles. Y está todo metido en una en una especie de basura, se nota eso. Por ahí te encontrás con un cartelito que dice molino antiguo y vos lo miras y son los escombros del molino antiguo. Entonces lo que se ve en la peli es lo que hay un poco atrás de la Basílica de Luján”.

De cara al estreno del jueves la directora concluyó: “me generó mucha alegría estar en el BAFICI y también en el Gaumont, que es un cine al que voy hace años. Siempre soñé con pasar mi película ahí. Y sobre todo en un momento como este, en el que tenemos que decir que seguimos usando el cine Gaumont, que vale la pena seguir proyectando pelis en ese momento que es tan difícil y en que hay una sensación de que puede dejar de existir ese cine. Entonces me parece súper importante invitar a la gente y decirle que vengan, que disfrutemos de lo que tenemos en este momento que es tan difícil y que no se sabe si lo vamos a seguir teniendo.

Ciclón Fantasma se proyectará del 7 al 13 de noviembre en el cine Gaumont, con funciones diarias a las 19:30.

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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