Martínez de Hoz, el dueño del genocidio
En “Martínez De Hoz, el jefe civil de la dictadura”, Julián Zícari plantea que el ex ministro de Economía fue el autor intelectual del proceso político iniciado en 1976. “El principal enemigo a destruir era el poder del sindicalismo”, sostiene.

Redacción Canal Abierto | En su último libro, Martínez De Hoz, el jefe civil de la dictadura, el historiador y economista Julián Zícari analiza el rol del ex ministro de economía dentro del último gobierno de facto y cómo su área fue la más decisiva en dicho período histórico.
A lo largo de más de 500 páginas, Zícari establece que las políticas implementadas por Martínez De Hoz fueron el objetivo final del golpe de Estado perpetrado por las fuerzas armadas.
El autor contó que la obra le insumió 5 años de trabajo y que incluso no nació con la idea de un libro, sino que estaba vinculado con sus actividades como investigador en el CONICET.
“Yo creo que cualquier persona que se dedica a las ciencias sociales, ya sea economía, sociología, historia, ciencia política, o cualquier argentino que más o menos conoce un poco de historia, tiene una fascinación por Martínez de Hoz. Es una persona que genera mucho misterio. Me parece una de las personas centrales de nuestra historia”, expuso en diálogo con Agenda Propia.
Lejos de ser una figura marginal, José Alfredo Martínez De Hoz forma parte de una saga familiar que recorre los 200 años de historia argentina. “El abuelo fue el fundador de la Sociedad Rural, otro tío había sido gobernador de la provincia de Buenos Aires, el padre había sido también presidente de la Sociedad Rural. Y él fue el mayor articulador político de las elites económicas en la historia de Argentina a partir de sus contactos internacionales. Y con él nace la deuda externa y el quiebre de modelo productivo”, recapituló Zícari.
Y propuso que “si uno ve las principales medidas centrales de toda la dictadura y el programa político que va a llevar la presidencia de Videla va a estar toda entrelazada a Martínez de Hoz y sus decisiones”.
En tal sentido, Zícari consideró fundamental observar “la propia propuesta de la dictadura, entender su objetivo central, qué es lo que vinieron a hacer. La primera pista es cómo ellos denominan a su gobierno: Proceso de Reorganización Nacional. La propuesta era hacer una reorganización muy salvaje, central de la sociedad argentina. Y el núcleo de la reorganización nacional era la reorganización social. Ellos querían reorganizar las relaciones de poder, venían a realizar un quiebre central”.
“El principal enemigo, lo que ellos anuncian todo el tiempo, lo que vienen a destruir, es sobre todo el poder del sindicalismo. Ellos entendían que el tercer gobierno peronista era una república sindical o la patria gremial”, apuntó.
“El libro trabaja sobre la palabra de los protagonistas, esencialmente la élite militar y civil. Cuando cuentan sus planes, es muy revelador lo que cuentan. Están totalmente obsesionados con destruir al sindicalismo”, reveló.
Y recordó que “cuando hacen el golpe a en marzo del 76, estamos atravesando la crisis del Rodrigazo. Era un gobierno peronista realmente calamitoso, la presidencia de Isabel era un desastre, había violencia política, el país iba hacia una hiperinflación, una violencia política atroz, era una situación muy difícil”.
Zícari planteó que, ante esta situación, “la pregunta que ellos mismos cuentan que se hacían era ¿por qué Argentina cae una y otra vez en crisis de este tipo? Y la respuesta que van a dar es que era culpa del peronismo. Pero van a ver que entendieron muy mal lo que era el peronismo. Porque habían pensado que era la figura de Perón. Entonces, ya le habían hecho un golpe, lo echaron del país, estuvo exiliado, proscribieron al partido, pero el peronismo era una suerte de Hidra, del monstruo de la mitología griega al que vos le cortás una cabeza y salen dos. Por eso el peronismo siempre volvía. Volvía con las juventudes radicalizadas, el sindicalismo de base, incluso con la guerrilla o las organizaciones populares, siempre volvía”.
“Entonces vieron que el problema no era tanto el peronismo, sino el tipo de sociedad que hace posible que vuelva el peronismo. La conclusión fue que si seguían apostando por una sociedad industrialista, eso significaría tener sindicatos fuertes. Y seguían apostando por una sociedad protegiendo el mercado interno, eso implica bajo desempleo y avivar la puja distributiva. Y si seguían alentando el estado de bienestar, vamos a pregonar el horizonte de igualdad social que es la que alienta el conflicto social. Entonces vieron que tenían que terminar con esto, definitivamente”, prosiguió el autor.
Respecto de las facetas que tuvo el gobierno de la dictadura, Zícari señaló que “Una, por un lado, es la más conocida, que es la estrategia represiva a través del terrorismo de Estado, la represión clandestina, que es la más estudiada y, obviamente, la que más nos llama la atención por lo terrible que es. Pero la segunda, en igual de importancia, es el quiebre económico y social. Porque la apuesta era a quebrar las relaciones económicas y a reconfigurar socialmente la sociedad para que emergieran nuevas relaciones políticas y de poder”.
¿Cuánto de ese país diseñado por Martínez De Hoz y ejecutado por Videla, Massera y Cía sigue vivo y cuánto se pudo dar por tierra? “Las continuidades más claras, que hay muchísimas, uno podría decir que son la deuda externa, la fuga de capitales, el empoderamiento de los grandes grupos económicos, la obsesión por la fuga de capitales, por la dolarización de los patrimonios, la hegemonía del capital financiero, el entierro del modelo de desarrollo industrial y de sociedad igualitaria, el debilitamiento de los sindicatos o el quiebre de la matriz distributiva”, respondió Zícarí.
Pero también rescató que “hay una suerte de paradoja que es que gracias a que fue tan terrible y tan mala la dictadura, se pudo construir un consenso de nunca más. Y en Argentina fue mucho más radical que en cualquier otro país de Latinoamérica y casi del mundo. Que se pudiera juzgar a las cúpulas responsables de la represión, no pasó en ninguna parte. El único caso que se pone como ejemplo similar es la Alemania nazi, pero era un ejército derrotado”.
Y concluyó: “Yo recuperaría eso: a la fuerza del pueblo argentino juzgando, que Videla haya muerto preso, que Martínez De Hoz haya muerto preso, es un quiebre que incluso con todas las crisis y con todas las coyunturas tan críticas que hemos pasado, que no se haya pensado en recuperar como actor político a las Fuerzas Armadas”.
Mirá la entrevista completa de Agenda propia, un programa producido por Canal Abierto que aborda la coyuntura disputando el sentido de la agenda.
Con la participación del secretario General de la CTA Autónoma, Hugo “Cachorro” Godoy, y del economista y presidente de Unidad Popular, Claudio Lozano.
Con la conducción de Manuel Rodríguez y Gladys Stagno.
*Todos los martes a las 17, por Somos (Canal 7 de Flow), y en el canal de YouTube de Canal Abierto.
Fuente: https://canalabierto.com.ar