Palestina: Anatomía de un genocidio
El mundo asiste a la intensificación de la “Nakba” iniciada en 1948. Frente al silencio y el relato de la falsa paridad entre un pueblo masacrado y uno de los ejércitos más poderosos, intelectuales de origen judío y palestino se reúnen para despertar conciencias.
Redacción Canal Abierto | “Este libro surge desde la impotencia y luego la convicción de que mientras las fuerzas de ocupación israelí bombardean de manera criminal a la población civil palestina de Gaza, debíamos contribuir a impedir, a lo menos, el crimen del silencio”. Así comienza la presentación de Palestina. Anatomía de un genocidio (LOM Ediciones – Tinta Limón), en el que dieciséis intelectuales de origen palestino y judío, en diversos países de nuestro continente, analizan uno de los hechos más brutales cometidos contra población civil en lo que va del siglo XXI: el genocidio del pueblo palestino.
Los intelectuales y académicos chilenos Faride Zerán, Rodrigo Karmy -ambos de origen palestino- y Paulo Slachevsky, de origen judío, nos visitaron en Canal Abierto, en ocasión de presentar el libro en Buenos Aires. Ellos son los impulsores de esta edición y quienes convocaron a este desafío de reflexionar en torno no sólo al horror, sino a los orígenes y proyecciones del conflicto palestino-israelí y quienes dieron nombre a este libro sin sospechar que dos meses más tarde, la propia relatora especial de Naciones Unidas para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, al presentar su informe en la ONU sintetizara:
“Después de casi seis meses de implacable ataque israelí a los territorios ocupados de Gaza, es mi deber solemne informar sobre lo peor de lo que la humanidad es capaz de hacer y presentar mi conclusión: ‘la anatomía de un genocidio’”.
La edición chilena de este libro, de mayo de 2024, estuvo a cargo de LOM ediciones, sello que lo coedita junto a Tinta Limón en Argentina y México, y con editorial Txalaparta en el país vasco.
“Una de las cuestiones del libro es que instala concretamente el problema del genocidio situándolo política e históricamente. No es un genocidio puntual que se desarrolla desde el 7 de octubre sino que obedece a un proceso de colonización que se inició en 1948 –Nakba es el término árabe para señalar el éxodo palestino causado por la persecución y el desplazamiento tras la creación del estado de Israel-. Una colonización que implica una serie de operaciones: la expulsión, la limpieza étnica, la ocupación militar de territorios que internacionalmente están reconocidos para Palestina y una reconfiguración, bajo ciertas matrices liberales que comienzan a intensificar las formas de segregación desde los años 90, cuando se establecen los acuerdos de Oslo que comienzan a naufragar por distintos lados y esa colonización se intensifica”, sostiene Rodrigo Karmy, filósofo y académico de la Universidad de Chile.
“No es un genocidio que surge de la nada, es un proceso de colonización que está en curso y que tiene varios niveles, dentro de los cuales también está la colonización de la conciencia judía. Israel coloniza cierta conciencia judía, cierta historia judía que lo erige bajo una forma mitológica. Hay una tercer nivel de la colonización que ya no está restringido al territorio palestino sino a distintos lugares del planeta, por ejemplo nuestros países latinoamericanos, donde comienza a actuar la censura, a restringirse la libertad de expresión precisamente para no decir, por ejemplo, un nombre como Palestina: el nombre Palestina queda desplazado y silenciado por el nombre Gazah, por Hamás, por terrorismo”, sostiene el filósofo de origen palestino.
“No en nuestro nombre”
“Si uno mira la historia del pensamiento judío de izquierda, por ejemplo el BUND (Unión General de Trabajadores Judíos de Lituania, Polonia y Rusia) el partido de los trabajadores en el Yiddishland, la fuerza más importante de izquierda en los países del este antes de la Segunda Guerra Mundial, eran antifascistas, antinazis y antisionistas”, explica Paulo Slachevsky, periodista y fundador e integrante de LOM ediciones.
“Gran parte de la participación judía en los movimientos transformadores del principio del siglo XX, cuando ya existía el sionismo, buscan transformar la realidad, un mundo más humano, para todas y todos y no solamente para los judíos, por más que el Bund reconocía una especificidad del tema judío. Lamentablemente desde la existencia del estado de Israel el sionismo ha hegemonizado el pensamiento, ha limitado la diversidad dentro del mundo judío y se ha establecido un brutal silencio por parte del mundo intelectual de la izquierda judía frente a las atrocidades que comete Israel. Han establecido una falsa equivalencia entre antisionismo y antisemitismo que son cosas absolutamente diferentes”, afirma el periodista chileno.
En otra parte de la entrevista, los intelectuales destacan la evidencia de que, en un país con tanta gimnasia de movilizaciones políticas y sociales, las manifestaciones en Argentina contra el genocidio en Palestina han sido tan minoritarias.
“El antisionismo es una lucha anticolonial y, claramente, Israel es una expresión del colonialismo y las luchas antisionistas son luchas absolutamente legítimas y necesarias que no tiene que ver con luchas racistas tienen que ver con luchas de liberación de los pueblos”, concluye Slachevsky.
El crimen del silencio
“El libro asume la necesidad de desenmascarar el tema, develar este silencio y lo que hay detrás del silencio porque hay una complicidad. Quien calla frente a un genocidio es cómplice, eso es evidente. Pero intenta también entregar los argumentos para una reflexión que de alguna forma ha sido neutralizada, ha sido anulada, acotada a determinados espacios y no ha irrumpido con fuerza”, sostiene Faride Zerán, escritora y periodista multipremiada y docente de la Universidad de Chile.
Faride señala el evidente en nuestro país. “En Chile está la comunidad palestina más grande del mundo, exceptuando a la de Medio Oriente. En Argentina la mayor colectividad judía de América Latina. Hemos visto grandes marchas en todo el mundo, acampes en las universidades… en Argentina no hemos visto una reacción frente al tema del genocidio y nos parece extraño. En ese sentido, también es una interpelación: qué pasa con esa intelectualidad judía, progresista, de izquierda que vivió en carne propia lo que significó la historia del horror del holocausto y también el horror de las dictaduras. Que ha tenido que llorar a sus muertos… Como señalaba Paulo el ‘nunca más’ debe ser para todos”.
El libro
El trabajo recientemente salido en nuestro país, reúne los trabajo de Pablo Abufom, Varsen Aghabekian, Patricio A. Brodsky, Judith Butler, Federico Donner, Ariel Feldman, Dalal Iriqat, Daniel Jadue, Rodrigo Karmy, Lina Meruane, Yakov M. Rabkin, Silvana Rabinovich, Fred Ritchin, Nicolás Slachevsky, Odette Yidi, Faride Zerán.
Entrevista: Nahuel Croza
Fuente: https://canalabierto.com.ar