«No solamente el trabajador pierde su puesto laboral, sino que el Estado pierde su capacidad porque se trata de personal capacitado y formado. Esperamos que la sociedad despierte prontamente y también nos acompañe», planteó la secretaria general de ATE Desarrollo Social, Ingrid Manfred, en diálogo con Radio Universidad ante una inminente nueva ola de despidos por parte del Gobierno nacional.

En esa línea, Manfred alertó: «La preocupación es enorme. No es solamente el achique del Estado, sino también el abandono de la forma más cruel de quienes más nos necesitan, la desaparición de la política social. Hasta ahora, tenemos registrados más de 35.000 despidos». «Esta gestión va a profundizar esta política de despidos y se vienen muy complejos y difíciles para los trabajadores estatales», anticipó.

Derechos

Luego de un 2024 con «1.800 despidos en el Ministerio de Capital Humano y en lo que era el Ministerio de Desarrollo Social, ahora Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia», para Manfred «hay una parálisis total de todas las áreas del organismo». «La única política pública de esta gestión es la de despidos masivos de los trabajadores», denunció.

«El Gobierno pone palos en la rueda para no garantizar derechos tan básicos como el derecho a la vida. Hubo miles de despidos en el Ministerio de Justicia y los cierres de la Secretaría de Derechos Humanos y del Centro Cultural Haroldo Conti, más de 1.400 despidos en hospitales nacionales y en el Ministerio de Salud», detalló la gremialista, y reconoció que se está «a las puertas de cifras impensadas de más despidos».

Paralelamente, arremetió contra el techo del uno por ciento de aumento salarial pautado por el Gobierno. «Es una cargada, un congelamiento total del salario. Los sueldos de los estatales son pauérrimos, están por debajo de la línea de la pobreza y realmente no alcanzan. Están en torno a 400.000 o 500.000 pesos», explicó.

Asimismo, resaltó: «No necesitamos de ninguna cifra del INDEC para saber que lo que está pasando es un ajuste brutal sobre la clase trabajadora». Y afirmó: «La calle es nuestro lugar de lucha y no se abandona, así que vamos a volver a reclamar. Ahora, no avanzan solo contra los contratos más precarios, sino también contra la planta permanente».