Ramos Mejía: murió la esposa de Fernando Cáceres tras caer de un séptimo piso
Se trata de Raquel Candía quien cayó en el patio interno del edificio al que se habían mudado hace poco con el exfutbolista. Su pareja era la única persona que se encontraba con la mujer al momento de su muerte.
Raquel Candía, la pareja del exfutbolista Fernando «el Negro» Cáceres, murió tras caer del séptimo piso de un edificio ubicado en la calle Suipacha 360, en la localidad de Ramos Mejía, partido de La Matanza.
Según precisaron los investigadores, la mujer cayó en el patio interno del edificio al que se habían mudado hace once meses con el exfutbolista quien se encontraba en el inmueble al momento del hecho.
En la causa, interviene el fiscal Carlos Arribas, de la Unidad Funcional de Instrucción Temática Homicidios de La Matanza. Por el momento, Cáceres no está imputado sino «identificado en la causa». De hecho, se espera que preste declaración en las próximas horas.
Al momento, según las pesquisas, no descartaron ninguna hipótesis sobre el móvil de la muerte de Candía. En principio, los investigadores manejan tres hipótesis principales: femicidio, suicidio o accidente.
En el edificio que ocurrió la muerte hay muchas cámaras de seguridad que fueron relevadas para ser analizadas. Con el correr de las horas, se descartó la presencia de una tercera persona durante el fallecimiento de la mujer.
La historia de Fernando «el Negro» Cáceres
El exjugador de Argentinos Juniors, River y Boca, entre otros equipos, se desplaza en silla de ruedas desde hace más de 15 años, luego de un ataque a tiros que sufrió en un intento de robo el 1 de noviembre de 2009.
Al momento de la agresión, el exdefensor circulaba a bordo de su automóvil y al llegar al cruce de las calles Gaona y Falucho, en Ciudadela, fue interceptado por cuatro delincuentes armados que se movilizaban en dos Fiat Siena robados, en uno de los cuales llevaban secuestrado a un remisero.
Cuando Cáceres quiso dar marcha atrás para esquivar a los ladrones, uno de ellos disparó a través del parabrisas y le dio en la cabeza. El exfutbolista quedó en gravísimo estado y perdió el ojo derecho, pero además el proyectil le quedó alojado en el cerebro.
A raíz de las graves lesiones que sufrió quedó obligado a movilizarse en silla de ruedas. Por el ataque, dos de los asaltantes, apodados «Kuki» y «Chanchi» -de 17 años en ese momento- fueron declarados culpables en el juicio.