De que se trata

Reflexiones para compartir con amigas y amigos

“Todo lo que…. al otro lado del miedo”

Por Ricardo Cuccovillo

Realidad y relato, ficción. Desde nuestro “subjetivo social”  fue siempre un  difícil camino  la búsqueda de la verdad. Los sentidos  acudieron constantemente en nuestra ayuda, con mayor o menor éxito. El hambre, el dolor, la saciedad, el impacto del sol caliente luego de tiempos helados, el amargo sabor de las sobras.  Alejandro Korn desarrollaba la evolución humana como “la  lucha en búsqueda del bienestar”. ¿Será?

 

El sentir la realidad nos coloca en situación de existencia. Interpretar el relato, desmenuzarlo y/o desarrollarlo, proyecta  el mensaje de nuestras convicciones.

El largo transito del Humano en la conquista del Planeta tuvo tiempos de inclemencias,  escasez, incertidumbre, los que empujaron a la búsqueda de su solución. Crearon inquietos exploradores, intrépidos constructores que bucearon y encontraron, no sin grandes esfuerzos y sacrificios, el camino hacia la superación de la calidad de vida. Prueba y error, tiempo y perseverancia, la marca del progreso.

También, hubo tiempos de hibernación social, generalmente por acostumbramiento y comodidad en la satisfacción de propias comodidades y también por temor a la pérdida del hábitat logrado. Tiempos de confusión, estancamiento, de asentimiento a  la realidad, y avance de las fuerzas expoliadoras del bienestar general.

Inquietud, búsqueda, insatisfacción, cambio, revelación, grito;   frente a ella, comodidad, achanchamiento,  asimilación, silencio. Características, estas, de la clave del avance o el retroceso.

Vivimos épocas difíciles, hace ya largo tiempo que la crisis se acomodó entre nosotros y el descontento fue silenciosamente incrementando el  malhumor  popular. Las nuevas tecnologías dieron paso a la manipulación de los sentimientos populares y los poseedores de la misma  sacaron  provecho de ellas. La derecha y ultraderecha avanzo en su mensaje, rápido, sintético,  penetrante en el sentimiento popular de indignación.

¿Estamos cómodos en esta realidad?  ¿Salimos a explorar o hibernamos?  ¿Aceptamos o asentimos?

¡Todo comienza con un NO!, nos atreveremos a decirlo. No es lo mismo aceptar la realidad que asentirla. “En la aceptación  hay rendición”, hay pasividad. No es lo mismo asentirla que aceptarla, En el asentimiento  yo, soy  protagonista, tomo una actitud activa frente a ella y me obligo a asumirla. (Joan Garriga, “Decir sí a la vida”).

Vivimos un presente continuo que nos despoja del sentido mismo de la vida. “….en lo provisorio que dura, se pierde a la vez la referencia al pasado, abolido, y al porvenir, destruido. Allí los individuos pierden, por eso mismo, la aptitud para comprometerse en el juego de la vida”, “del que todo les confirma que están excluidos”. “Al decir verdad, de lo que están excluidos es de la historia,…”    (Marc Auge, “¿Qué paso con la confianza en el Futuro?)

“Un mundo desbocado”, donde las ciencias y tecnologías se desarrollan aceleradamente sin un avance paralelo de la conciencia humana. “Ciencia sin conciencia no es más que ruina del alma” nos alertaba hace más de seis siglos  Francois Rabelais. También Ernesto Sábato en su prédica humanista,  se negaba a admitir:  “…siempre se ha cuidado de señalarlo- es la peligrosa tendencia actual de apostar absolutamente todas las fichas a la ciencia y a la razón”  (Francisco García Rodríguez: “Ernesto Sábato y la ciencia”)

No es tiempo de retoques. No es tiempo de permanecer  para “ayudar” a remendar el traje de un sistema degradado, que ensancha cada vez más la brecha de la sociedad, entre los que materialmente  “tienen mucho y los que tienen cada vez menos”, entre  “los que poseen conocimientos y aquellos que no lo poseen”. Si  no revertimos este proceso “es más que probable que, globalmente, la aristocracia del  saber y la aristocracia del dinero se desarrollen en paralelo” consolidando un mundo de mendigos frente a una isla de opulencia.

“Nada cambia si no cambiamos” (GEB). Para avanzar hacia una realidad de más igualdad, con solidaridad y libertad, es necesario rever  la marcha, rectificar el rumbo y actualizar nuestros métodos de acción. Volver a las fuentes del desarrollo humano, observando-profundizando-reflexionando (ESTUDIAR). Rever nuestra herramienta – la práctica de acción cotidiana – la forma de inserción en la realidad – cultivar la cercanía (ORGANIZAR).  Nuestro mensaje debe ser sincero surgido de nuestra propia vivencia, hay un futuro alentador si realmente podemos transmitir nuestras convicciones, nuestros ideales de igualdad y libertad (DIFUNDIR). El “mensaje” (relato) permitió transformar la sociedad, crear instituciones, avanzar en grandes conglomerados de humanos y convivir sin que nos aniquiláramos los unos con los otros, “…para ello nos organizamos en sociedades” (Thomas Hobbes) . Un gran salto adelante hace ya unos 40.000 años, suficientes como para extraer experiencias. (Yuval Harari). El MENSAJE trajo expectativas y produjo rechazo o adhesión.

Cuando personalizamos las críticas, eludimos nuestras propias responsabilidades por acción u omisión. El debilitamiento o deterioro de un cuerpo es un proceso de un largo tiempo, con distintos y variados actores. Para superarlo, nuestra autocritica y critica desde la propia vivencia  resulta esencial.

La renovación no es generacional, esta es biológicamente inevitable;  la renovación es cuando desde nuestra propia práctica y vivencia cotidiana nos forzamos a renovar experiencias, métodos, personas. Cuando garantizamos la periodicidad y no reelección indefinida de los cargos (Alberdi). Cuando planificamos y actuamos en función y necesidad de todas las realidades y no solo de partes. Cuando nos atrevemos a regresar para poder avanzar.

Para un mundo que cambió,  rectificamos la herramienta o nos extinguimos. ¿Seremos capaces?  

“Todo lo que siempre has querido está al otro lado del miedo”.

Ricardo Cuccovillo (19 de agosto 2025)

 

(*) (J. L. Arsuaga – Los aborígenes. La alimentación en la evolución humana) – (*) (De animales a dioses, Yuval Harari) – (*) (Escritos G. Estévez Boero) – (*) (Eric Sadin, La era del individuo tirano) – (*) (Marc Augé, ¿Qué pasa con la confianza en el futuro?) (*) (Giuliano da Empoli, Los ingenieros del caos) – (*) (Anthony Giddens, Un mundo desbocado) – (*)(Francisco García Rodríguez: “Ernesto Sábato y la ciencia”).

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