Sociedad

Reforma laboral de la Ley Bases: ¿un retroceso al siglo XIX?

El experto laboralista, Luis Campos, detalla qué significará para los trabajadores la reglamentación de la Ley impulsada por el Gobierno: “Se abre la puerta a disponer de los derechos y reducirlos, algo muy parecido a lo que pasó en los 90”.

Redacción Canal Abierto | Con la publicación en el Boletín Oficial de la reglamentación del apartado laboral de la Ley Bases apareció el detalle de un proyecto que se anticipaba perjudicial para los trabajadores. Aunque no sabía qué tanto.

“Esta reforma abre la posibilidad de que, por vía de la negociación colectiva, se reduzcan las indemnizaciones por despido, se establezcan sistemas de pago en cuotas y se genere un negocio financiero”, resume el especialista en la materia e Investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, Luis Campos.

Según explica, lo que el Gobierno ha iniciado es “un proceso de deslaborización”. “Significa que empezaron sacarle pedacitos al Derecho del Trabajo y ponérselos al Código Civil. Es una lógica del siglo XIX”, detalla.

Por entonces, regidos por el ideario de la Revolución Francesa, dice, se creía que todos éramos iguales. “Pero cuando el mundo se dio cuenta de que en las relaciones laborales no había igualdad de poderes, surgió el Derecho del Trabajo, que trata de morigerar esa desigualdad. Esta situación empieza a ser revertida”, sentencia Campos.

La letra chica

En detalle, la Ley Bases habilita a que el sistema de indemnizaciones por despido –equivalentes a un mes por año de antigüedad– presente en la Ley de Contrato de Trabajo se reemplace por “fondos de cese laboral”, algo que ya existe en la industria de la construcción.

Sin embargo, “cuando conocimos el texto del decreto reglamentario, la letra chica, lo que vimos es un sistema muchísimo peor”, afirma el especialista.

Luego agrega: “Hay distintas modalidades. Una es que, en lugar de la indemnización por despido, el empleador tenga que hace un depósito mensual en un fondo común de inversión. Y que el trabajador cuando es despedido, cuando renuncia, cuando se extingue el vínculo laboral, se lleve lo que hay en ese fondo, o en un fideicomiso, o en una cuenta bancaria. Pero, ¿quién garantiza que esa plata no se licuó por inflación?”.

Por otro lado, los aportes podrán ser realizados por los empleadores o por los trabajadores, ya que el decreto deja abierta esa posibilidad, que va a depender de cada negociación colectiva.

“Va a depender mucho de lo que pueda hacer cada organización sindical, de la presión que tenga cada una, cuya dirigencia quizá está interesada en firmar un acuerdo de estas características, y de la dinámica de cada sector”, señala Campos.

Aunque aclara: “Esto todavía no cambió, no hay ningún acuerdo y se sigue aplicando es la Ley de Contrato de Trabajo. Pero se abre la puerta a la disponibilidad colectiva, es decir a que los que sindicatos y cámaras patronales pueden disponer de los derechos establecidos en esa ley y reducirlos. Algo muy parecido a lo que pasó en los años 90”.

Los argumentos y la historia

El argumento del Gobierno es que con esta reforma se incentiva el trabajo en blanco, pero la historia no lo respalda: en los 90, con medidas similares, crecieron la informalidad y el desempleo.

“Creo que a lo que apuntan es a diluir las líneas que separan lo formal de lo informal. Los sectores que lo apoyan, de clase media baja, informales y cuentapropistas, durante muchísimos años no conocieron lo que es un derecho laboral. Hablándoles a esos sectores el Gobierno dice: ‘vamos a emparejar, todos vamos a estar en una situación similar’. Es decir que estar registrado o no dé lo mismo”.

También se extiende el período de prueba de tres a seis meses, incluso a doce, y se legaliza la figura del “colaborador”, que hasta ahora constituía un fraude a la ley que habilitaba a que después el trabajador pudiera hacer un reclamo.

A tal punto es perjudicial para los trabajadores y no para los empleadores, considera Campos, que “para los empleadores es optativo, para los trabajadores es obligatorio”.

 

Mirá la entrevista completa de Agenda propia*, un programa producido por Canal Abierto que aborda la coyuntura disputando el sentido de la agenda.

 

Con la participación del secretario general de la CTA Autónoma, Hugo “Cachorro” Godoy, y del economista y presidente de Unidad Popular, Claudio Lozano.

 

Con la conducción de Ariel Crespo y Gladys Stagno.

 

*Todos los martes a las 14.30, por Somos (Canal 7 de Flow).

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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