De esta forma, se prohibió que familiares o cónyuges de empleados estatales fallecidos ocupen sus puestos de trabajo, con el objetivo de profundizar “la estrategia de racionalización del tamaño del Estado”. La política incluye la ANSeS, la AFIP, la Aduana, el Banco Nación, el Banco Central, YPF y Ferrocarriles Argentinos.

Sobre la medida, Sturzenegger sostuvo: “Estos resabios de privilegios de sangre, medievales, previos a la Revolución Francesa, persisten en estamentos del sector público argentino, y eso es lo que el Presidente (Javier) Milei decidió eliminar”. “En Argentina, hay dos versiones: la liberal republicana, y la medieval de la casta”, aseveró.

Por su parte, Adorni afirmó que “se está sepultando el delirio que reinaba hasta el 10 de diciembre” del “ilógico privilegio” que “colocó a los empleados públicos por encima del resto de los trabajadores de la Argentina”. “De ahora en más, quien ocupe un puesto en el Estado será elegido solamente por su idoneidad”, añadió.

“Nunca deberían haber existido estas ventajas porque la propia Constitución Nacional estableció en su Artículo 16 que ‘la Nación Argentina no admite prorrogativas de sangre ni de nacimiento; no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza’. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad”, concluyó.