Un protocolo para la tribuna
Con amedrentamientos a quienes ingresaban a la Ciudad de Buenos Aires en trenes y colectivos y la movilización conjunta de todas las Fuerzas de Seguridad, Patricia Bullrich inauguró su protocolo en un día emblemático: la conmemoración de la pueblada de 2001. Aún así, no pudo impedir la marcha.
Redacción Canal Abierto | “El Ministerio de Capital Humano informa: si es beneficiario del un plan social, nadie lo puede obligar a cortar vías de circulación. Si cumple con la ley va a mantener su beneficio. Si no la cumple, y corta, no cobra. Si lo obligan a participar puede denunciar anónimamente llamando al 134. El que corta, no cobra”.
El mensaje difundido por los altoparlantes de las principales estaciones ferroviarias fue oído durante toda la mañana, en un loop interminable, por cada pasajero que quisiera trasladarse en tren desde el Conurbano bonaerense hacia la Ciudad de Buenos Aires. Los que optaron por el colectivo se encontraron con una remake de las viejas razzias policiales en versión 3.0: en los accesos a la Capital, personal de la Policía Federal se subió a las unidades y filmó con celulares, y a contramano de las leyes vigentes, a todos los usuarios.
El megaoperativo ideado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tuvo un doble objetivo: mostrar quién impone el “orden”, con la eficacia y el poderío que era capaz de desplegar para hacer valer su protocolo “antipiquetes” —ya denunciado por organismos nacionales e internacionales—; y hacer tronar el escarmiento hacia quienes osaran desafiarlo, como ofrenda a un electorado ajustado que, a falta de la prometida embestida contra la casta, debería conformarse con la propagandística represión a las organizaciones sociales.
Sin embargo, su anuncio del viernes no amedrentó a los manifestantes. Con la Unidad Piquetera y el FIT a la cabeza, la movilización histórica que recuerda cada 20 de diciembre el “Argentinazo” de 2001 que terminó con el gobierno de Fernando De La Rúa, del que la propia Bullrich formaba parte, transitó desde Diagonal Norte y Suipacha hasta Plaza de Mayo y fue sumando nuevas adhesiones que reaccionaron a la provocación gubernamental.
En esta nota, algunos testimonios de la jornada que, al momento de escribirla, terminaba con dos detenidos y se desconcentraba con normalidad.