“Lo importante siempre, en estos casos, es tener expectativas porque es lo que a uno lo mantiene fuerte en la vida. Cuando uno tiene expectativas en la vida todo lo encara de una manera diferente. Pero siempre debe primar el diálogo con el otro, porque a veces no se condicen las dos expectativas. En el caso de los chicos, ya sea en un lugar de vacaciones o en la propia casa, ellos quieren pasear todo el tiempo. Entonces cambia totalmente la dinámica de todos en el hogar. Y por eso se hace necesario establecer algunas pautas para que la convivencia sea dentro de todo lo más llevadera posible”, comenzó Goldberg.

“Lo importante es que, se trate de la pareja, la familia o los hijos, cada uno tenga su espacio individual para disfrutar el momento. En el caso de los chicos con sus amigos, actualmente entre los mismos padres hacen una especie de colonia de vacaciones rodante. Así, un día los chicos pasan en la casa de uno, otro día en la de otro, y así sucesivamente. Por ejemplo, en el caso de los niños, que son más tecnológicos, lo recomendable es que no estén todo el día con la tecnología. Siempre se pueden buscar alternativas diferentes para que ellos se mantengan entretenidos”, recordó la especialista.

Otro momento clave, para quienes son padres, es el momento en el cual los hijos adolescentes quieren concretar su primera salida. En este punto, Goldberg analizó: “Ahí hay una fina línea entre el acompañamiento y la agobio. La idea obviamente es no presionarlos, pero también debemos transmitirles todos los peligros con los que se pueden encontrar, porque las pruebas están a la vista. Obviamente que a ellos les vamos a parecer ridículos y antiguos, por eso es tan difícil el tránsito de la adolescencia con el adulto, porque, por un lado, ellos como que se quieren separar de sus padres y buscan cierta independencia. Y, a su vez, también buscan un referente en quien apoyarse”.

Miradas sobre el ocio

Otra de los aspectos analizados es la relación entre el tiempo libre y el ocio. En este sentido, la especialista planteó: “Hoy en día, el ocio está mal visto porque, según dicen algunos, ni siquiera produce dinero. Y, sin embargo, un poquito de ocio a veces hace bien. Ocurre que el concepto de ocio ha cambiado. Antes había más descanso que hoy. Ahora, cuando alguien tiene un tiempo libre ya agarra una pantalla y deja de tener ocio, aunque esté mirando pasivamente algo”.

“Hay que pensar que, a veces, gracias al ocio puede venir la creatividad y también podemos usar ese momento para pensar, para replantearnos como encarar nuestras actividades luego de las vacaciones. Inclusive, pueden compartir ese pensamiento con la familia, porque uno durante todo el año es como que va con el piloto automático y lo urgente es más que lo importante, por todo lo que debemos resolver sobre la marcha de los acontecimientos”, concluyó.