De que se trata

¿Viejos para trabajar y jóvenes para jubilarse? El drama invisible de los mayores de 50 años

Mientras se despliegan operativos policiales contra cuidacoches en Ramos Mejía, miles de personas mayores de 50 años son expulsadas del mercado laboral sin posibilidad de acceder a una jubilación digna. O un trabajo, ¿Cuál es la propuesta del Estado?

Por: Juan Severo

En estos días, en el municipio de La Matanza, particularmente en la ciudad de Ramos Mejía, se desplegaron fuertes operativos policiales para «limpiar» las calles de los llamados cuidacoches no autorizados. Efectivos de la Comisaría 2ª, del Grupo Táctico Operativo (GTO) y de la Guardia Urbana del Municipio intervinieron con procedimientos especiales.

Pero lo que realmente está en juego no es el orden del tránsito: es el drama social de miles de personas mayores de 50 años que hoy están sin empleo, sin ingresos y sin perspectivas.

A esa edad, ya son considerados “viejos” para ser contratados por empresas o el propio Estado. Pero al mismo tiempo, la ley les dice que son “jóvenes” para jubilarse. Quedan atrapados en un limbo perverso, sin derecho a trabajar ni a retirarse. ¿Qué destino les queda entonces? ¿La marginación y la represión como única política pública?

La Matanza, como tantos otros distritos, tiene zonas comerciales donde estacionar es un caos y el tránsito, una constante complicación. Frente a esta realidad, ¿por qué no crear un Registro Municipal de Cuidacoches Mayores de 50 Años? Una política local de inclusión que les permita capacitarse, recibir una credencial oficial, cobrar una tarifa razonable y brindar un servicio digno y seguro.

No se trata de romantizar la precariedad, sino de dar respuestas reales a una situación concreta. Las grandes plataformas digitales de cobro online no resuelven el problema de fondo. Sí lo haría una decisión política valiente que reconozca el derecho al trabajo de quienes han aportado al desarrollo de nuestras ciudades y hoy enfrentan el descarte sistemático.

El municipio cobra tasas a sus vecinos y vecinas. Está obligado, por lo tanto, a brindar servicios de calidad, no solo a reprimir a los que intentan sobrevivir. Aquí hay una oportunidad de crear una política pública justa, inclusiva y reparadora.

Lo que falta no es más policía. Lo que falta es voluntad política. Porque esto, o lo resolvemos entre todos… o no se resuelve.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba