Sociedad

Ya son cuatro los trabajadores del subte muertos de cáncer a causa del asbesto

Jorge Navarro se suma a la lista de fallecidos por la exposición al material cancerígeno en la red del subte porteño. Prohibido en 2003, denunciado por el gremio desde 2017, este elemento ya afecta a 107 trabajadores, cinco de ellos con cáncer.

Redacción Canal Abierto | “Jorge era tornero en el taller Constitución de la Línea C, donde se hace el mantenimiento de los trenes de esa línea. Tenía más de 30 años de trabajo en el subte. Hacía dos meses que estaba internado con cuidados paliativos y tratamiento del dolor. Falleció ayer a consecuencia del cáncer al pulmón que le produjo el asbesto”, explica Francisco “Pancho” Ledesma, secretario de Salud Laboral de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP), en diálogo con Canal Abierto.

“Es un compañero muy querido. Ayer fue su velorio y hoy estamos haciendo paro en las áreas técnicas porque además de tener flota con asbesto, tenemos mucha infraestructura con asbesto instalado y la concesionaria Emova y la empresa estatal SBASE parece que van a la velocidad de una babosa herida en el proceso de desasbetización”, cuenta Pancho.

El Gobierno de la Ciudad, a través de la empresa Subterráneos de Buenos Aires S.E., es el propietario del subte. Como tal, tiene la facultad de contratar más empresas para que trabajen simultáneamente eliminando u ocluyendo el asbesto, además de reemplazar las flotas contaminadas con nuevas formaciones. Hoy, sólo una de las diez empresas habilitadas para esa tarea en la ciudad está trabajando… al ritmo de un molusco.

Un problema de salud pública

Jorge Navarro tenía 64 años. Es el cuarto trabajador del subte porteño fallecido a causa del asbesto. Su muerte se suma a las de Jorge Gabriel Pacci (56 años), Juan Carlos Palmisciano (71) y Jorge Visquet (53). Otros 107 empleados del subte tienen alguna afección vinculada a la exposición a este cancerígeno, cinco de los cuales tienen cáncer de pulmón. Más de dos mil están bajo vigilancia médica.

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La lucha de los trabajadores de la AGTSyP por la eliminación de este mineral cancerígeno, que en la Argentina está prohibido desde 2003, comenzó en 2017. El asbesto está presente en toda la red del subte porteño, no sólo en los trenes sino también en instalaciones, transformadores, tendidos eléctricos, infraestructura edilicia.

Una historia criminal poco contada (por los medios masivos)

En 2011, Mauricio Macri –entonces jefe de Gobierno de la Ciudad– adquirió sin licitación previa al Metro de Madrid 36 vagones que se encontraban fuera de circulación en España.

“A principios del 2017, los compañeros del Metro nos avisaron que los subtes que se habían vendido a la Ciudad de Buenos Aires, que Macri y Rodríguez Larreta  habían ido a comprar, estaban atestados de asbesto. Y esos mismos coches eran los que estaban enfermando a los primeros compañeros del Metro de Madrid con afecciones como las que me descubrieron a mí. Ahí empezó la lucha”, cuenta en entrevista con este medio Martín Paredes, conductor del subte porteño.

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Luego de siete años de presentaciones judiciales y medidas de fuerza de distinta índole el presidente de SBASE, Eduardo de Montmollin, confirmó que las formaciones compradas —que hasta 2018 utilizaron a diario los pasajeros de la línea B de la red porteña— contenían asbesto (amianto).

La desasbestización ¿avanza?

Siete años más tarde, con cuatro trabajadores fallecidos, el proceso de desasbestización está lejos de ser concluido, incluso de ser encarado seriamente como un problema de salud pública que afecta a las miles de personas que viajan diariamente y a los 4.000 trabajadores y trabajadoras del subte.

“La Justicia nos dio la razón a los trabajadores en tres instancias. Entre distintas cuestiones le ordenó al Gobierno incluir a todos los que trabajamos en el subte, expuestos al asbesto, y hacerle los estudios clínicos periódicos; le ordena desasbestizar más rápido; y le ordena comprar flota nueva para las líneas B y C”, explica Ledesma.

El jefe de Gobierno anunció recientemente la compra de vagones para la Línea B. “Serán 174 nuevos coches cero kilómetros, todos con aire acondicionado, cámaras de seguridad, más confortables y con tecnología de punta”, sostuvo Jorge Macri. Del asbesto y de la orden judicial de renovar la flota, ni una palabra.

“Tengo sentimientos encontrados: bronca, impotencia, angustia porque ellos ven como una mercancía el transporte de subterráneos y sólo les importa aumentar la tarifa, pero las condiciones de salud e infraestructura no les importa mucho”, comenta el gremialista.

“La salud de los trabajadores, mientras que el Gobierno no tome la decisión política de contratar más empresas para que desasbesticen en simultáneo y no compre flota nueva, claramente está en peligro y causa obviamente causa obviamente indignación. Macri está incumpliendo las responsabilidades de funcionario público y los fallos con que la Justicia intimó a la Ciudad”, concluye Ledesma.

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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