De que se trata

Río Negro configura al Golfo de San Matías como zona de sacrificio

El proyecto FNLG planea instalar un buque licuefactor para exportar gas natural licuado. El emprendimiento, en vías de ser aprobado, es el tercero en el área que pone en juego la biodiversidad y las actividades económicas de la región.

Redacción Canal Abierto | El gobierno de Alberto Weretilneck tiene decidido hacer de la provincia de Río Negro una gran zona de sacrificio. En el área del golfo de San Matías ya hay tres proyectos para exportación de petróleo y gas en vías de aprobación. El último de ellos es el proyecto FNLG que planea instalar un buque licuefactor 35 kilómetros al sur de la localidad de Las Grutas, en una región que vive principalmente del turismo y la pesca artesanal, actividades que se verán seriamente afectadas.

“Tenemos un puerto petrolero de grandes dimensiones en Punta Colorada, ya aprobado y que se encuentra en etapa de construcción; este buque metanero que preven instalar en Fuerte Argentino; y está también el famoso puerto de GNL de la empresa Petronas, que finalmente se retiró, por el que se discutió con la provincia de Buenos Aires, también en la misma localidad”, enumera Martín Álvarez Mullally, integrante del Observatorio Petrolero Sur.

Este 4 de diciembre se debatirá en una audiencia pública en San Antonio Oeste, localidad convenientemente alejada a 120 kilómetros de la zona que sufrirá los impactos, el primer proyecto de GNL del país impulsado por la empresa Panamerican Energy (PAE), asociada a la noruega Golar LNG a quien alquiló el buque “Hilli Episeyo”, un barco metanero reconvertido a este fin.

Con el inicio de la operación comercial previsto para 2027, y la llegada de la nave de 300 metros de longitud a mediados de 2026, la iniciativa consiste en la instalación de esta unidad flotante de licuefacción de gas (FLNG), capaz de producir 2,4 millones de toneladas de GNL al año, a unos metros de la costa. El buque será abastecido de gas desde la Planta Compresora San Antonio Oeste, que lo recibe del Gasoducto General San Martin (GGSM) que vincula la Cuenca Austral con la provincia de Buenos Aires. Desde allí a través de un gasoducto terrestre y uno submarino llegará al buque licuefactor, donde será procesado y cargado en buques transportadores de GNL.

Fuente: Observatorio Petrolero Sur

Advertencias

Respecto al Estudio de Impacto Ambiental que se evaluará en la audiencia pública de este miércoles, “el punto más grave que vemos es que no hay un estudio de impacto acumulativo. Se analiza cada proyecto de manera separada como si no fuese el mismo Golfo”, señala Álvarez Mullally en diálogo con Canal Abierto. “El segundo punto crítico es que todo este proyecto y esta idea exportadora, se enmarcan en la supuesta necesidad de traer a la Argentina los dólares que el país necesita. Sin embargo, este proyecto tiene solicitado el ingreso al RIGI (Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones) y, por lo tanto, va a tener libre disponibilidad de divisas y todos los dólares que entren pueden salir inmediatamente. No está muy claro cuál va a ser el mecanismo de contención para decir ‘acá tenemos los dólares que el país necesita’”.

Respecto a la generación de puestos de trabajo, Mullally señala que la obra civil es muy corta. “Se habla de 280 puestos de trabajo, pero no son por un tiempo prolongado, por lo tanto, no vas a tener un derrame significativo dentro de una población que vive de otras actividades -turismo, pesca recolección de moluscos-, que sí se verán afectadas”. El contrato de Panamerican con la empresa noruega es por 20 años, hasta el 2047.

Respecto a la operación del buque, se precisa gente muy especializada, por lo tanto, se descuenta la posibilidad de que se contrate mano de obra local. “Este es el primer proyecto de GNL que tenés en el país, no tenemos mano de obra nacional formada para poder ser parte de esa tripulación”, explica el investigador de OPSur.

Hilli Episeyo

Impactos previsibles

Una de las cosas que preocupan a las asambleas ambientales es la afectación de un sitio sagrado mapuche. “La obra civil atraviesa el chenque, un cementerio donde se pueden encontrar un montón de restos. La comunidad mapuche, según el Convenio 169 de la OIT, debería ser consultada antes de avanzar y en todo el expediente no hay ni una línea sobre el tema”.

Otra fuente de preocupación es el proceso mediante el cual el buque convierte el gas natural en GNL. “Lo que hace el equipo de licuefacción es llevar el gas a -167 ºC. En todo el proceso se generan muchos residuos -que van a ser llevados por barco al puerto de San Antonio Oeste- y muchas emisiones, o sea que, la colaboración al cambio climático aumenta exponencialmente”. Desde el enfriamiento del gas hasta su transporte, el GNL emite el doble de gases de efecto invernadero que el gas convencional.

Otros impactos son los micro derrames de combustible al mar que se producen al abastecer al barco. “Lo más peligroso de todo, es la posibilidad de que haya un accidente. En esa zona del golfo hay un tráfico significativo debido a la pesca artesanal. Una colisión con el barco puede generar un gran problema”.

“El GNL explota cuando se derrama en el agua y, si cae al suelo, puede formar nubes inodoras de rápida expansión capaces de congelar súbitamente la carne humana y producir asfixia por desplazamiento del oxígeno. Cuando los vapores de GNL se incendian en el punto de origen, se convierten en “charcos de fuego”, que arden a temperaturas más altas que otros combustibles y no pueden extinguirse. Las altísimas temperaturas de los incendios de GNL puede provocar quemaduras de segundo grado en las personas que se encuentran en un radio de hasta una milla de distancia. A lo largo de los años, varios accidentes han ilustrado estos peligros”, explica una publicación del Observatorio Petrolero Sur.

Ante un episodio de este tipo, en la zona no hay quien puede atender la emergencia ni en el sistema público de salud ni en el privado. Tampoco quien pueda desplegar un plan de contingencia inmediato.

Audiencias y violencia

“Las audiencias públicas en el último tiempo se tornaron muy violentas. El gobierno está haciendo uso de la violencia. Además, tratan que sea muy difícil el acceso a la información; en este caso, nos entregaron un expediente de más de 3000 páginas en imágenes, se tomaron el trabajo de complicar el acceso y scanear el documento para entregarlo”, explica Mullally.

“Lo que hace el gobierno con las audiencias públicas es transformarlas en meros actos políticos. Hacen que se anote mucha gente ya coacheada en charlas informativas, para que parezca que realmente despertó un interés popular grande y la gente vino, participó y decidió. Entonces dicen, tenemos la licencia social. Pero el estudio de impacto ambiental se discute muy poco, con muy pocas personas”, narra el ambientalista.

Pero no sólo se da esta manipulación. El gobierno provincial cercó las últimas audiencias en Ingeniero Jacobacci (por el proyecto minero Calcatreu, de oro y plata a cielo abierto) y en Sierra Grande (por la planta de GNL en Punta Colorada) con enormes operativos policiales a los que sumó a las patotas de la UOCRA para que hagan el trabajo parapolicial de enfrentar a los ambientalistas y a los pueblos originarios que se oponen a estos proyectos. “Están utilizando la violencia política para que no haya participación crítica”.

Impactos a la biodiversidad

El Golfo San Matías es un área de alta biodiversidad que incluye reservas naturales que podrán verse afectadas ante contingencias como fugas, derrames, explosiones y colisiones de embarcaciones. Hay áreas naturales protegidas muy importantes como el Parque Nacional Islote Lobos (Río Negro) o Península Valdés (Chubut) muy importantes para el sostenimiento ecológico del Golfo.

El recientemente creado Parque Nacional Islote Lobos, una de las áreas protegidas amenazadas, se encuentra a pocos kilómetros de Fuerte Argentino y de Punta Colorada.

Según el EIA el Hilli Episeyo tiene un promedio de una fuga al año, el 58,9% pequeñas, un 23,6% medianas y un 17,5 % grandes.

“Si a todo lo mencionado, le sumamos los ruidos, emisiones y derrames, es evidente que se va a alterar el medioambiente y mucha de la atracción que tiene la zona, muchos puestos de trabajo dependen de las ballenas que vienen todos los años a Península Valdez a reproducirse”, concluye Álvarez Mullally.

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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