Politica

Un país sin contención y con un tsunami a la vista

Mientras Milei fracasaba en su intento de conseguir una foto con Trump o algún beneficio arancelario, el Congreso le rechazó a los dos jueces que trató de meter por decreto en la Corte. A horas de un nuevo paro general, el Gobierno sigue elevando el riesgo del país.

Por Federico Chechele | Las argentinas y los argentinos atraviesan uno de los momentos de mayor descuido y desprotección gubernamental en mucho tiempo, con un presidente que deambula por el mundo para traerse una foto (que no logró) con Donald Trump intentando acelerar el préstamo del FMI ante una guerra comercial desatada por el propio mandatario de los Estados Unidos que traerá coletazos en la mayoría de los países, incluida la Argentina. Un laberinto que no puede explicar ni el propio Javier Milei.

Un país donde cada persona sufre o tiene a alguien cercano que sufre el ajuste, los despidos, los cierres de pymes y de grandes fábricas, donde se quiere hacer creer que la pobreza bajó sustancialmente a pesar de que el 50% de los trabajadores ganan menos de $ 600.000. Un país lleno de angustia que no sabe qué va a pasar en las próximas dos horas y lo único que transmite el Gobierno es un alineamiento insólito a Estados Unidos cuando el mundo está mirando para otro lado.

Un abandono institucional en el que se gobierna a base de decretos y leyes ensuciadas por coimas, mientras los mercados se desploman, el riesgo país se dispara, los bonos se hunden en medio de la tensión global y los activos argentinos sufren ante la incertidumbre sobre el futuro del programa económico tras el acuerdo con el FMI. Mientras todo eso sucede, el Presidente ve este nuevo sacudón económico mundial como si fuera la ola amiga de Moana, a pesar de que todos vemos venir un tsunami.

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La derrota en el Senado ante el rechazo de los pliegos de los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mancilla por abrumadora mayoría desnuda la debilidad del Gobierno al que ahora se le animan todos, incluso exaliados que ven a Milei a la defensiva y sin poder de fuego.

“Yo ayudé a que Javier Milei llegue a la Presidencia, por eso no entiendo la confrontación con el PRO. No sé si es una decisión del Presidente o de su entorno”, se despachó Mauricio Macri luego de ser ninguneado en varias oportunidades por Milei, y con pánico de perder por primera vez una elección en CABA tras el fallido acuerdo con La Libertad Avanza. Días después, el expresidente se alineó con el kirchnerismo y demás fuerzas opositoras para frenar la llegada de Lijo a la Corte Suprema y dejar a García Mansilla entre las cuerdas.

En este trajín de malas noticias para la Casa Rosada, la semana que entra el Gobierno tendrá una nueva movilización popular en su contra convocada por las tres centrales sindicales para acompañar, un miércoles más, el justo reclamo de los jubilados frente al Congreso de la Nación, y al día siguiente un Paro General que promete vaciar las calles de la Argentina.

Mientras tanto, el jefe de Estado sigue sumando broncas y enojos como en el acto por el día del Veterano y los Caídos en la Guerra de Malvinas: En su discurso del 2 de abril validó el principio de autodeterminación de los habitantes de las islas, rompiendo el reclamo histórico por la soberanía del Estado argentino. Ahora los Excombatientes -que no fueron invitados al acto- piden juicio político por “mal desempeño” en el ejercicio de sus funciones y por “menoscabar” el principio de integridad territorial.

Ni siquiera pudo sacar provecho del número que difundió el INDEC que asegura que el índice de pobreza cayó al 38,1% en el segundo semestre de 2024. El consumo y los bolsillos no lo verifican y la “buena noticia” que el Gobierno festejó de antemano le duró 10 minutos: la realidad chocó contra la burocracia y dejó los dedos marcados la mega devaluación del 118% que diseñó Milei a días de asumir como presidente. Otra de sus grandes estafas.

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Estamos a semanas de que comiencen las elecciones en todo el país con cronogramas electorales que van desde abril a octubre. Sin embargo, todavía no se sabe cuándo se votará en la provincia de Buenos Aires, si habrá PASO y si el oficialismo se presentará en unidad. La respuesta la tienen Cristina Kirchner y Axel Kicillof, que juegan al liderazgo. La primera lo ve derramarse y el segundo recién lo empieza a construir.

La expresidenta considera que hay que nacionalizar la elección bonaerense porque es la forma más eficaz de confrontar con Milei, mientras que Kicillof quiere poner en foco su gestión y que lo dejen decidir quiénes tienen que componer la Legislatura de la provincia que él gestiona. Nada más ni nada menos que el manejo de la lapicera.

Si bien es una tendencia que avanza elección tras elección, hoy todos los gobernadores desdoblan las elecciones provinciales de las nacionales porque así se sienten con más fortaleza para ganarle al presidente de turno, y sobre todo a Milei que carece de territorialidad y de apellidos rutilantes para competir con eficacia. Hacer una sola elección es un riesgo que no quiere correr nadie.

Por eso la interna bonaerense, más allá de los actores, obtiene relevancia nacional. Está en juego la renovación de liderazgos y el respeto a la conducción del kirchnerismo, espacio que forma parte del Partido Justicialista que hoy preside Cristina Kirchner a nivel nacional y su hijo Máximo en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, no se ha alineado al PJ en las demás provincias ni ha hecho un trazado electoral en todo el país, sólo se apunta a la consigna bonaerense “un solo país, una sola elección”, mientras que los demás gobernadores peronistas que ganan elecciones casi que piden disculpas a la Casa Rosada y ni reportan a la calle Matheu.

El escenario cambiaría y tendría más lógica si Cristina Kirchner tuviera intenciones reales de ser candidata a presidenta en 2027, o aun más si fuera para definir la interna en caso de que quisiera competir en estas elecciones -tal la amenaza que hizo circular para el caso de que Kicillof insista con desdoblar los comicios-. La disputa por la provincia se redujo a una pelea entre la perpetuidad y las ganas de ser, bastante poco para el 40% del padrón electoral.

El martes habrá un nuevo round en la Legislatura bonaerense para ver qué postura prevalece, mientras un decreto del gobernador para sellar el desdoblamiento electoral espera para desafiar a la expresidenta. Todo esto mientras el mundo permanece agazapado, el Presidente sigue retuiteando pavadas y la gente se tapa la cara con las manos.

Federico Chechele en X: @fedechechele

 

 

Fuente: https://canalabierto.com.ar

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